Bugs Bunny y sus amigos se han quedado huérfanos tras la muerte
ayer de Chuck Jones, maestro de la animació capaz de dar al mundo
algunos de los dibujos animados más irreverentes de la historia.
Jones falleció a los 89 años en su hogar de Corona del Mar de un
ataque al corazón tras varios meses de salud delicada y confinado
en una silla de ruedas. Su muerte deja un gran vacío en el campo de
la animación, donde este «actor con lápiz» dio la forma y la
personalidad definitiva a personajes como Bugs Bunny, el pato Lucas
o el cerdito Porky. También fue el creador de nuevos y dislocados
personajes, como el fracasado Wile E. Coyote, el correcaminos, la
rana artista Michigan J. Frog o la mofeta Pepe le Pew.
Con tres Oscar como director y uno de honor conseguido en 1996
en premio a «la creación de dibujos animados clásicos que han
alegrado las vidas de los espectadores durante medio siglo», la
carrera de Jones está a la par con la más tradicional labor de Walt
Disney. De hecho, en 1992 una de sus obras más populares, «What's
Opera Doc?», pasó a formar parte del registro nacional al ser «una
de las películas más significativas de nuestro tiempo, tanto a
nivel cultural, histórico y estético».
«Como las buenas fábulas y sólo lo mejor del arte, su obra sigue
siendo eterna y universal», declaró en una ocasión el director de
cine Peter Bogdanovich. El director de animación español Raúl
García compara la influencia de Jones en el mundo de los dibujos
animados con la que pudo tener Picasso en la pintura. Nacido el 21
de septiembre de 1912 en Spokane, Washington, Jones se crió en
Hollywood, donde tuvo la oportunidad de conocer a Charles Chaplin y
Buster Keaton mientras trabajaba como niño actor con Mac Sennett.
Esto fue antes de dedicarse al dibujo, haciendo caricaturas por un
dólar.
En 1936 Jones ya era un animador para los estudios de Leon
Schlesinger, más tarde Warner, donde junto al equipo de la «Terraza
de las termitas» creó algunos de los cortometrajes de animación más
alocados de la historia, saltándose todas las normas de la
narrativa o de la gravedad. «Es un genio del humor, junto con
Keaton y Sennett. A él le debo lo que sé a la hora de romper las
leyes de la física, por el mero placer de romperlas», declaró el
realizador Steven Spielberg. Con más de 300 producciones de dibujos
animados y una carrera que se expandió durante 60 años, Jones se
mantuvo activo hasta el final, atrayendo con su talento a nuevas
generaciones de artistas del lápiz a su estudio.
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