Dos nuevas iniciativas para proteger el patrimonio histórico y cultural de la isla. Foto: V. FENOLLOSA/M. FERRER

Una superficie de 100.000 metros cuadrados, que incluye las minas de s'Argentera (Santa Eulària), con restos de elementos de construcciones del siglo XIX y varias casas payesas, será declarada en breve Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de «Zona arqueològica». Así lo decidió ayer la Comisión de Patrimonio al incoar el expediente correspondiente, lo que significa que a partir de este momento cualquier intervención en dicha a zona, de propiedad privada, tendrá que contar con el visto bueno de patrimonio. Asimismo, la Comisión decidió incoar expediente de declaración de «Bé Catalogat» a una de las pocas casas payesas que quedan en el municipio de Eivissa, Cas Serres de Baix.

Según explicó la presidenta de la Comisión, Fanny Tur, la razón para declarar «Zona Arqueològica» a s'Argentera se debe «a que es una de los pocos restos que quedan en las Pitiüses de arqueología industrial». En la zona hay más de 50 pozos y un buen número de bocas de minas. «Sobre la posibilidad de que, como dice la tradición popular, las minas estuviesen explotadas desde la época romana, de momento no existen datos, ni en los documentos de la conquista catalana, que así lo prueben», explicó Tur. De todas formas, en breve se analizarán unos balines de plomos encontrados en la zona «para ver de qué fecha son, por si pudieran dar algo de luz al respecto», añadió.

Lo que sí parece claro, incluso por los relatos del archiduque Luis Salvador, es que s'Argentera «fue una explotación de hierro y otros metales, sin descartar que también hubiera plata». La memoria histórica y descriptiva de las minas ha documentado toda la información disponible, que se remonta hasta el siglo XVIII, «cuando ya se hablaba de la zona del Puig de s'Argentera», apuntó Tur.

En cuanto a Cas Serres de Baix, la Comisión decidió su protección «por ser una de las pocas casas payesas que queda en el municipio de Eivissa en muy buen estado de conservación y con torre de refugio incluida». Según Joan Marí Cardona, el canonge arxiver, la casa está documentada desde el siglo XVIII, aunque se cree que existía ya en el XVII. Próximamente también se protegerá otra casa payesa próxima, la de Cas Serres de d'Alt. Ambas están incluidas en el inventario de arquitectura rural del municipio: «La herramienta que seguimos para proteger los elementos de alto valor patrimonial y etnológico», concluyó Tur.