La memoria de la Guerra Civil, a través de la mirada del cine español

Con algún retraso respecto al horario fijado, los participantes en el debate tomaron sus asientos en el escenario del centro cultural y, tras la primera pregunta del moderador, Carles Fabregat, coincidieron todos ellos en asegurar que la complejidad de los aspectos que rodearon la Guerra Civil española complicaban su resumen en una sola película. Al respecto, Chávarri argumentó que, a su entender, «no hay ni debería haber una película definitiva sobre el conflicto», defendiendo el que «los directores, entre todos ellos, ofrezcan un panorama general y desde distintos puntos de vista de la guerra».

Las anécdotas particulares de los invitados jalonaron continuamente el debate. Así, Amparo Soler Leal recordó su infancia en una familia en la que su madre era muy religiosa y su padre republicano: «Por la mañana iba a un colegio de monjas por deseo de ella y por la noche mi padre me decía que no debía hacer caso a las religiosas que tenía como profesoras». Por su parte, Porto explicó su particular descubrimiento del azúcar a los 14 años de edad.

Luis García Berlanga rememoró su juventud y afirmó, entre sonrisas, ser el único superviviente de las batallas de la Guerra Civil presente en la sala y comentó con un notable sentido del humor las innumerables veces que el guión de «La vaquilla» (película proyectada en el ciclo y que fue escrita en 1938) fue rechazado una vez tras otra. «Franco llegó a decir, cuando le mostraron el texto, que aún era demasiado pronto para hacerla», dijo el realizador.

«En la Guerra Civil española no ganó nadie» y «lo que ocurrió fue una tragedia apocalíptica» fueron algunas de las frases que salieron de la mesa de los participantes. El guionista Juan Antonio Porto, además, remarcó el hecho de que existe más literatura sobre la Guerra Civil que sobre la Segunda Guerra Mundial: «Suscitó la curiosidad del mundo y esa curiosidad aún no se ha extinguido».