El músico congoleño se encontró ante un auditorio multitudinario dispuesto a disfrutar con sus ritmos. Foto: K. TABERNER.

Shungu Wembadio, conocido internacionalmente como Papa Wemba, irradia tranquilidad. Su imagen, alejada del escenario, es muy distinta a la que desprende durante sus conciertos. Los 31 años que lleva como músico profesional le han situado en lo más alto de la llamada música étnica, una etiqueta que no rechaza, aunque prefiere ser considerado tan sólo un cantante.

Ya ha quedado lejos el año 1961, cuando Papa Wemba, junto con un grupo de amigos, fundó el conjunto Zaiko Langa Langa. «Desde entonces mi música ha cambiado mucho. Ha cambiado mi técnica a la hora de cantar, la música, las composiciones y los músicos que me acompañar», recuerda este músico casi susurrando, como si reservara su voz para el escenario.

Convertido en un músico prestigioso en su país, Congo, en el año 1987 emigró a París dispuesto a enriquecer su música. «He escuchado mucho blues -explica pausadamente-, música tradicional, la música popular de mi país. He escuchado, sobre todo, música cubana; pero también pop y rock. Todos estos estilos me han influido y he mezclado todas estas referencias en mis composiciones. Todos esos estilos han alimentado la música que compongo actualmente».

Su vida en París le puso en contacto con numerosos músicos, algunos de renombre internacional, como es el caso del británico Peter Gabriel, que en aquel entonces mantenía embrionada su idea de crear un sello dedicado exclusivamente a difundir los diversos tipos de música que existen en el mundo y que no son conocidas por el gran público. El encuentro entre Gabriel y Papa Wemba era inevitable, así como el paso del músico congoleño por Real World. Remarcando ante todo su «gran amistad con Peter Gabriel» así como la satisfactoria relación con el sello discográfico, Papa Wemba opina que la difusión de la música étnica debe ser realizada desde los pasíses de origen.

Horas después de esta charla con Ultima Hora Ibiza y Formentera Papa Wemba subió al escenario del Parque Reina Sofía, el cual compartió con el grupo senegalés Diengoz y los búlgaros Rodopis.