Emmet Ray es un auténtico prodigio cuando coge su guitarra durante
los años treinta en EE UU; pero es orgulloso, pendenciero,
cleptómano, jugador... y su personalidad sufre un auténtico
cataclismo cuando descubre que en Europa acaba de surgir alguien
que es aún mejor con este instrumento: un gitano llamado Django
Reinghardt.
Este es el punto de partida que ofrece el prolífico cineasta
neoyorquino Woody Allen en el que hasta ahora es su último
largometraje estrenado en España, ya que se encuentra ultimando una
nueva película en Norteamérica.
Continuando con su particular estilo fílmico y cambiando de
nuevo de protagonista (en este caso Sean Penn toma las riendas de
la narración), el director neoyorquino firma «Acordes y
desacuerdos», memoria jazzística en la que destaca la joven actriz
británica Samantha Morthon (nominada al Oscar por esta película),
la novia sordomuda de Ray y la persona que sufrirá sus depresiones
y ataques de cólera.
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