Fanny Tur presentó las propuestas del Consell para modificar el actual área de protección de las iglesias de Formentera. Foto: GERMÁN G. LAMA.

La Comissió de Patrimoni continúa con la intención de revisar el área de protección de las iglesias de las Pitiüses. Por este motivo, este órgano del Consell Insular estudió ayer una primera consideración de las propuestas para la nueva recalificación de los 250 metros que actualmente marcan ese área alrededor de los templos de Formentera (San Francesc, Sant Ferran y La Mola).

Según la propuesta («técnica y no política», según la consellera de Cultura, Fanny Tur), se pretende racionalizar los criterios de protección de los conjuntos históricos, los cuales fueron establecidos de un modo «arbitrario» por los anteriores responsables políticos. Para reforzar esta apreciación, Tur señaló la existencia de un informe realizado por un especialista mallorquín en la elaboración de expedientes de Bien de Interés Cultural (BIC), Josep Riera, que señala la existencia de «toda una serie de errores de forma» en la concesión de estos BIC de conjuntos históricos.

La propuesta elaborada por el actual equipo de gobierno contempla la redefinición de lo que debe considerarse como conjunto histórico. Según la consellera, merece esta calificación el «conjunto de edificaciones, urbanas o rurales, que poseen un interés artístico, histórico o arquitectónico» y, en sus palabras, «esta situación no se cumple en el actual trazado de 250 metros de protección alrededor de las iglesias». «En muchos casos, estos 250 metros abarcan todo el pueblo e incluso van más allá», recalcó Tur, quien añadió que se ha realizado un catálogo de los edificios a conservar y proteger en cada parroquia formenterense.

El Consell apuesta por «racionalizar» el área de influencia según cada municipio, proponiendo nuevos márgenes de protección. «Esto no implicaría menos protección, sino que el conjunto histórico quedaría reducido a lo que realmente merezca la consideración de conjunto histórico». Para llegar hasta los 250 metros actuales, el Consell utilizaría la llamada 'zona de respeto'. «Esto viene a significar que las licencias para esta zona deberían pasar por la Comissió de Patrimoni, pero simplemente se darían unos criterios estéticos y volumétricos sobre los edificios, pero no se informaría desfavorablemente sobre ellos», apuntó Tur.