AGENCIAS/P. TUR La muerte de Victor Mature ha dejado a Hollywood sin la fuerza de «Sansón y Dalila», filme que consagró la fama de este galán cinematográfico conocido por la masculina apariencia que le daba su musculatura. Mature falleció el pasado miércoles de cáncer, afectado por esta dolencia desde hace tres años, aunque la información sobre su muerte no fue difundida hasta ayer por deseo del actor y su familia.

El actor murió a los 86 años en su rancho, en las inmediaciones de San Diego, donde llevaba desde la década de los sesenta retirado del mundo del cine, al que dio películas como «One Million B.C». Moreno y musculoso, Mature parecía tener toda la fuerza necesaria para el papel que le dio la fama en 1949 en «Sansón y Dalila», donde la dama a conquistar estaba interpretada por Hedy Lamarr, bajo las órdenes del director Cecil B. DeMille.

Hijo de inmigrantes procedentes de Austria y con la belleza de sus rasgos como única llave de Hollywood, donde debutó con la película «The Housekeeper's Daughter», sus comienzos fueron algo menos espectaculares. Sus músculos le abrieron puertas como galán en el cine y en la vida real, donde conquistó a actrices como Betty Grable, Rita Hayworth, Veronica Lake o Lana Turner, pero también fueron su peor enemigo ante la crítica, que muchas veces no se tomaba en serio sus actuaciones y fue considerado por parte de ella como «el peor actor de la historia del cine».

En el género de cine negro, «Kiss of death» es uno de los títulos más conocidos de Mature, en cuya larga filmografía hay también películas del oeste como «My darling Clementine» , dirigida por John Ford en 1946 en la que compartió protagonismo junto a Henry Fonda, Linda Darnell y Walter Brennan, en una nueva versión de la leyenda de Wyatt Earp y el duelo de O.K. Corral.