La obra antológica del escultor valenciano Paco Badía, quien a sus
93 años trabaja aún a diario en Santa Eulària del Río, será
expuesta en Palma de Mallorca, Alicante y Valencia el próximo años,
muestras que están siendo organizadas por la Fundación Cappa. En
estos momentos obras suyas están expuestas hasta el próximo 4 de
agosto en el pueblo francés de Saint Pierreville, en los Alpes
franceses.
Paco Badía Plasencia (Foyos, Valencia, 1907) es el último
superviviente de la generación de la Sala Blava, manifestada en
todo su vigor, en España y Europa, entre los años 20 y 30. Entre
los componentes de aquella generación estaban el cartelista Josep
Renau, el escultor Antonio Ballester, el dibujante y escultor
Rafael Pérez Contel y los pintores Manuel Lozano y Gabriel Esteve,
entre otros. Una treintena de artistas, la mayorías de los cuales
eran de ideología izquierdista, quienes dejaron sus vocaciones
artísticas para dedicarse a servir a la sociedad y política en la
que creían, sobrevenida la guerra civil; pasando posteriormente
cárcel, persecución y exilio.
Josep Renau, el más representativo de esta generación, fue
director general de Bellas Artes del gobierno de la República
durante la Guerra Civil, siendo su mejor amigo y compañero Paco
Badía, su comisario y brazo derecho. En el desempeño de su misión
lucharon mucho para evitar las tropelías que descontrolados
hicieron con el patrimonio histórico-artístico nacional.
Paco Badía comenzó desde muy pequeño a manejar la técnica de la
escultura. Su padre era ingeniero. Ingresó en la Escuela de Bellas
Artes de San Carlos de Valencia y destacó como alumno contestatario
y disconforme con la manera de enseñar de los profesores. Alentó a
sus condiscípulos a buscar nuevas formas de trabajo y estudio.
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