La Fiscalía pide para él 15 años de cárcel, diez años de libertad vigilada, así como la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la víctima ni comunicarse con ella por tiempo de 20 años.
El Ministerio Público sitúa los abusos en octubre de 2022, en el domicilio familiar, cuando el hombre se quedaba a solas con la menor. El fiscal cree que los abusos pudieron ocurrir en el cuarto de baño, cuando el padre aseaba a su hija.
La menor se contagió de una enfermedad de transmisión sexual y la acusación asegura que el padre sabía que padecía dicha enfermedad.
En noviembre del mismo año un Juzgado impuso al progenitor una orden de alejamiento de la víctima y su otra hija, y entregó la guardia y custodia exclusiva a la madre, sin régimen de visitas para el padre.
La Fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito de agresión sexual y pide, además de la pena de cárcel, privación de la patria potestad e inhabilitación para trabajo con menores durante 20 años, así como una indemnización de cerca de 21.500 euros en favor de la víctima.
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