Consolidada ya la recuperación postpandémica, las cifras, de récord absoluto, evidencian que la actividad turística en España no tiene un problema de volumen, ni en llegadas ni en facturación. O si lo tiene es precisamente por el otro extremo, por un crecimiento excepcional de la demanda que ha hecho virar las preocupaciones del sector hacia un incipiente rechazo social por saturación del destino.
Tras un breve discurso de apertura a cargo del ministro del ramo, Jordi Hereu, el presidente de Exceltur y CEO de Meliá, Gabriel Escarrer, fue uno de los encargados de abrir el fuego al señalar que «el crecimiento por el crecimiento ya no es el objetivo: es necesario un mayor compromiso por mantener la empatía con el entorno social y medioambiental». Y no dudó en afirmar que la mayor culpa del problema de la gentrificación y la saturación de las ciudades «es el creciminto descontrolado de las viviendas de alquiler turístico».
En ese sentido, Escarrer instó a los poderes públicos a «aliviar espacios e infraestructuras» con una correcta gestión que además incluya «perseguir con contudencia las malas prácticas laborales» o el propio crecimiento descontrolado de la vivienda vacacional. No fue la única reclamación a la administración pública, a quien también le echó en cara el «mal reparto» de los fondos europeos Next Generation, cuyo sistema y criterios de distribución «no ha contado con la visión empresarial». Unas reivindicaciones asentadas, subrayó, en la necesidad de una gobernanza interinstitucional y público-privada «a la que llevamos años apelando sin éxito». Mientras esa gobernanza no llegue, «estaremos perdiendo la mayor oportunidad de la historia» en términos de aprovechamiento de la creación de riqueza de la industria turística.
Al hilo del debate sobre la saturación, el CEO de Jet2Holidays, Steve Heapy, volvió a insistir en su receta contra las prácticas ilegales del alquiler turística. «Si los gobiernos fueran llamando puerta a puerta a las viviendas de AirBnB reclamando licencias y pago de tasas y multando a quien no cumpliera el problema se acabaría inmediatamente».
Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), se quejó de que los hoteleros tengan que ser el blanco de un descontento ciudadano que hunde sus raíces en otro subsector. «Me siento preso por un asesinato que no he cometido: aquí han irrumpido unos problemas que se nos achacan a nosotros y que son culpa del alquiler vacacional», señaló para añadir problemas sociales como el de la vivienda. «En Canarias cualquier vivienda puede convertirse ahora mismo a turística legalmente. No todo vale, hay que hacerlo mejor y lo mejor es lo que hacemos nosotros».
Por su parte, el alcalde de San Sebastián, destacó en su panel la necesidad de poner el foco «no solo sobre AirBnB, que es lo más fácil, sino también en los propietarios -que también son responsables-, aunque ello implique quedar mal con ellos porque es la gente de ciudad».
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