Desde Baleares se sigue atentamente unas negociaciones encalladas entre la oferta del 3 % de la CEOE y el 5 % demandado desde la bancada sindical; el Gobierno, a medio camino, ha propuesto un 4 %. Un porcentaje que no supondría un problema para los empresarios de las Islas, siempre y cuando se aflojara la presión fiscal a modo de compensación en aquellos sectores con los márgenes de ganancias más reducidos y, por tanto, con más dificultades para subir el SMI.
Así lo ve al menos el presidente de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa (PIMEM), Jordi Mora, para quien «no sería un problema» alcanzar al 4 % de subida en Baleares. Especialmente, «tras una temporada turística de máximos y excepcionalmente positiva». Es más, lo considera «mucho más asumible» que la reducción de la jornada laboral que recoge el acuerdo de gobierno entre PSOE y Sumar, algo que, entiende, «sería nefasto para la productividad empresarial».
Con todo, subraya esos «matices» a considerar en forma de soluciones alternativas fundamentalmente para el sector primario (agricultura, ganadería y pesca) y en forma de rebajas tributarias.
Desde la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB) se reivindica que su postura acerca del SMI «no ha cambiado» y que, en ese sentido, mantiene su demanda de bonificaciones para el sector agrario. «Los empresarios ya pagan muchos impuestos y lo que piden son rebajas tributarias», señalaron desde la patronal.
Por su parte, desde los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, insisten en los efectos beneficiosos que tendría la subida del SMI, no solo para los sectores con más mano de obra directamente afectada, sino para todos en general al cambiarse la referencia en las futuras negociaciones de convenios colectivos.
José Luis García, secretario general de CCOO en las Islas, afirma que «entendemos que se debería llegar al 5 %, aunque si la CEOE es capaz de salir de sus posiciones inmovilistas, los sindicatos también estamos abiertos a negociar».
En lo tocante al Archipiélago, García señala el sector agrario y el de las empleadas del hogar como los más afectados directamente por la medida por la cantidad de personal que cobra el SMI. No obstante, «la subida también haría de tractor para mejoras salariales en las negociaciones de muchos colectivos».
En esta idea redunda su homólogo en UGT, Lorenzo Navarro, la subida del SMI «beneficia a todos: hace que no pierda poder adquisitivo la gente que no tiene convenio y cobra el salario mínimo y sirve de referente para los que sí tienen convenio». Por otra parte, Navarro es partidario de que el acuerdo sea «tripartito» y cuente con la aquiescencia de la CEOE, a quien el Gobierno amenazaba con dejar fuera si no apoyaba el alza del 4 %.
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