No pasará a la historia como el okupa más avispado y tampoco como el delincuente más original a la hora de poner excusas. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a un marroquí, de 42 años, por un delito de okupación ilegal y otro de daños intencionados. En torno a las 19.00 horas, en un piso de la barriada de Son Gotleu, saltaron las alarmas de un piso. Al llegar el personal de seguridad enviado por la central de alarmas y comprobar que la puerta de acceso estaba abierta decidió llamar a la Policía Nacional.
Cuando los agentes llegaron observaron como la puerta antiokupa estaba fracturada y le habían quitado el bombín quedando tan solo parte de la madera de la misma. Los policías llamaron a la puerta y salió el ahora detenido para atender a los agentes. Una vez allí, les dijo que otro hombre le ofreció la vivienda previo pago de 400 euros. Es más, trató de engañarlos diciendo que llevaba viviendo allí más de una semana. Los agentes, al entrar observaron como la puerta estaba totalmente reventada y el sistema de alarma arrancado. Acto seguido, se procedió al arresto del okupa. La investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.
Se sospecha que tras este caso pueda existir una trama dedicada a la okupación de viviendas y que algunos vecinos de la zona están facilitando información sobre casas vacías. Desde la Policía Nacional se recuerda a todos los ciudadanos la importancia de llamar a la sala del 091 en el momento que se detecte una okupación ilegal o vean personas sospechosas merodeando edificios o viviendas susceptibles de ser asaltadas.
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