Agentes de la Policía Nacional detuvieron a los menores en el Camí Vell de Bunyola. | ALEX SEPULVEDA

«Agua, agua, agua. Viene la policía». Así gritaba un menor que se encontraba apostado en el muro de una finca de Palma mientras sus ‘compinches' estaban perpetrando un robo. Los hechos tuvieron lugar hace unos días en una propiedad rústica ubicada en el Camí Vell de Bunyola. Se trata de unas instalaciones donde el propietario tiene bastantes animales, entre ellos, gallos de pelea.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han detenido a tres menores, dos de ellos inimputables al tener 13 años, y a un tercero, de 14 años, por un delito de robo. Los policías se encontraban patrullando por la zona cuando, de repente, se percataron de la presencia de un adolescente que se encontraba sobre un muro en una finca. Nada más detectar la presencia policial, el chico comenzó a gritar «agua, agua», para alertar a sus compañeros.

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Los policías se bajaron del coche patrulla y lograron alcanzar al menor. Acto seguido, se encaramaron al muro y observaron a los dos niños de 13 años, uno de los cuales llevaba un gallo de pelea debajo del brazo. Los tres adolescentes son de nacionalidad española y de etnia gitana. Los funcionarios les dieron el alto y ordenaron que dejaran al animal en el suelo para no lastimarlo.

Los menores trataron de justificarse diciendo que habían accedido a la finca porque, en teoría, se trata de un terreno propiedad de un tío suyo. Además, intentaron hacer creer a los policías que el gallo era suyo y que su familiar se lo estaba guardando. Finalmente, los agentes comprobaron que todo era mentira y que el legítimo propietario de la finca rústica y de los animales es un señor dominicano que no conocía absolutamente de nada a los ladrones. Es más, el hombre apuntó que los vecinos de la zona ya le habían alertado que hacía días unos «chavales estaban merodeando la zona». Finalmente, se informó a la Fiscalía de Menores de los hechos delictivos.