Hace unos días, el director de un colegio de Palma y el educador social del centro escolar, solicitaron la presencia de una pareja de la Policía Nacional para explicar un caso que les tenía muy preocupados. Uno de sus alumnos presentaba lesiones importantes, moratones y un estado anímico fuera de los parámetros habituales de chicos de esa edad. Cuando el tutor, director y educador social se interesaron por su estado, el niño se derrumbó y confesó que estaba siendo víctima de palizas por parte de su padre. Al mostrarles la espalda, los docentes quedaron estremecidos al detectar que se trataba de latigazos. Además, la víctima decía que no era un hecho aislado y que estas brutales agresiones se venían registrando desde hacía tiempo.
Acto seguido, la Policía Nacional solicitó la presencia de los padres y se procedió a la formal detención del padre, supuesto autor de los golpes. Al parecer, el progenitor pegó a su hijo porque pensaba que le había robado dinero. Por su parte, la madre reconoció que era conocedora de las palizas, pero negó que las mismas fueran con un látigo. Los médicos difieren de esa versión dado que es imposible realizar esas heridas con la mano. Ante estas evidencias, los agentes especializados en la atención de casos vinculados a menores, procedieron a la detención del padre acusado de un presunto delito de malos tratos en el ámbito familiar. Del mismo modo, la madre está siendo investigada y se pusieron los hechos en conocimiento de la autoridad judicial. El pequeño fue conducido a un centro médico para ser atendido. En vista de lo sucedido, el niño fue entregado al IMAS.
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