Esa es al menos la previsión de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), cuya portavoz y responsable de Comunicación, Verónica Rodríguez, señala que "a tenor de lo que nos están transmitiendo autoridades bancarias como el Banco Central Europeo lo verdaderamente preocupante va a venir a partir de abril", ya que "todas las subidas del año pasado eran más o menos asumibles pero en 2023 las revisiones van a tener un incremento acumulado". Los efectos serán más sensibles entre aquellas rentas más mermadas por la inflación y también en los territorios más tensionados por los precios de la vivienda, como es el caso de Baleares.
Así, el número de ejecuciones hipotecarias en 2014 en las Islas fue de 3.112, cifra que se fue reduciendo año a año hasta llegar a las 431 de 2021. El año pasado se registró el primer repunte de toda la serie con un total de 458 ejecuciones, es decir, un incremento del 6,3 % cuando en términos estatales se experimentó una bajada del 22,3 %.
En el caso concreto de la vivienda (la estadística global incluye además solares y otras categorías), la media estatal refleja una bajada del 18,6 %. Mientras, en Baleares, la subida interanual alcanza el 47 % (224 en 2021 por 330 en 2022).
La parte positiva es que la mayoría de las hipotecas constituidas el último año, tanto a nivel estatal como balear, son de interés de tipo fijo. Todas esas hipotecas "están blindadas", subraya Rodríguez, ante la espiral de encarecimiento que se ha desatado por la volatilidad del mercado. Las hipotecas de tipo variable constituían el 95 % de las existentes en España hace 20 años, mientras que el año pasado solo llegaron al 30 %.
Desde la oficina de CaixaBank en Palma, el número de hipotecas a tipo fijo concedidas por la entidad bancaria en los últimos cinco años en Baleares es del 83 %, mientras que en 2022 llegaron a constituir el 97 %."Nosotros recomendamos firmar tipos fijos, que dejan de ser aconsejables a partir del 3 % porque puede que te estés blindando con eso, pero ya a un precio muy alto y el euríbor bajará en algún momento". Así, señala que los tipos fijos presentaban "condiciones y ofertas muy atractivas" hasta marzo de 2022, cuando empezaron a endurecerse. El nuevo escenario que puede abrir la quiebra del Silicon Valley Bank, no obstante, deja de momento en suspenso esas certezas.
Con todo, la explosión de impagos que se puede producir este año especialmente en el flanco de las variables no va a sorprender a los bancos con la guardia baja. En ese sentido, el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, señala que "estamos preparados ante la previsión de mayores dificultades porque los principales interesados en negociar y ayudar a nuestros clientes para que puedan hacer frente a sus pagos somos nosotros".
Desde Asufin insisten precisamente en este aspecto, instando a los bancos a "buscar alternativas para aquellos consumidores que no puedan acogerse a las medidas recogidas en la actualización del Código de Buenas Prácticas" (una medida impulsada por el Gobierno el pasado noviembre).
Las previsiones de la asociación de usuarios financieros contemplan un panorama menos hostil a partir de septiembre, cuando el euríbor debería bajar al 3,8 % para acabar en el 3,7 % a final de año. La cascada de ejecuciones hipotecarias que pueda producirse hasta entonces, confían, puede verse aliviada por las medidas de alivio puestas sobre la mesa por el Gobierno y por el propio perfil del hipotecado español, que en esencia "es buen pagador y va a seguir pagando en la inmensa mayoría de casos como sea".
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