Conmoción por el fallecimiento de un conocido cocinero de 27 años

El Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil rescató a Javier el pasado 19 de diciembre sobre las 16.30 horas cerca de la ermita de Maristel·la, en Esporles. El joven había ido de excursión a la montaña con un amigo y compañero. Había sido un paseo tranquilo. Al llegar a la cima, como apenas habían sudado, propuso a su amigo hacer unas flexiones y empezó a encontrarse mal.

La víctima sufría convulsiones y tenía las extremidades rígidas, por lo que su compañero avisó al servicio de emergencias 112, que movilizó al GREIM. Los agentes, a bordo de un helicóptero, se dirigieron al lugar que les había indicado el amigo del joven. Los equipos de rescate comprobaron que había nubes bajas en la zona, casi a la misma altura de la ermita, lo que dificultaba el aterrizaje de la aeronave.

Al final consiguieron tomar tierra y llegaron hasta el joven con problemas graves de salud. Una vez allí lo trasladaron en camilla hasta el helicóptero y lo evacuaron a Son Espases. Durante el traslado al hospital le practicaron los primeros auxilios para evitar que se ahogara.

La familia del joven ha donado sus órganos para «regalar vida» Uno de los últimos platos que cocinó Javier Jiménez fue un tartar de gamba roja de Sóller con huevo frito. «Cuando algo tan simple como aderezar un poco la gamba y freír como toca un huevo Javi lo lleva a otro nivel! El nivel de gozar puro», escribió Nacho Amores. Así era él. Perfeccionista. Inquieto. Ambicioso.