La sala de emergencias del 091 recibió una llamada en la que se comunicaba que había una persona en el interior de una vivienda que no era suya. Los requirentes eran los vecinos del inmueble y sabían a ciencia cierta que ese joven era un okupa. Una vez en el lugar, los funcionarios policiales se entrevistaron con un familiar del propietario de la vivienda el cual era el encargado de comprobar que la casa estaba en orden en ausencia del dueño. Este hombre se percató que la cerradura estaba cambiada, viendo como había un chico en el jardín de la casa.
A su vez, testigos manifestaron que les extrañó ver luz en el inmueble sabiendo que el propietario estaba en el hospital y por ese motivo decidieron llamar a los familiares y a la Policía Nacional para que fueran al lugar para comprobar el asalto. Una vez allí, los policías recabaron toda la información y procedieron a la detención del sujeto como presunto autor de un delito de allanamiento de morada.
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Basura a su país