Un joven argelino, que llegó en patera a Mallorca en septiembre, se enfrenta a una pena de siete años de cárcel por dos violentos robos a turistas en la zona de s'Arenal, en Mallorca, la madrugada del pasado 27 de octubre. El acusado, que lleva en prisión desde entonces, negó haber agredido a nadie y se aprovechó que iban borrachos para sustraerles los objetos. El botín fue, entre otras cosas, un teléfono móvil. Durante el juicio, celebrado en una sala de lo Penal de Vía Alemania de Palma, el procesado, entre lágrimas, confesó que al no tener trabajo optó por asaltar aquella noche, en la que había bebido mucho alcohol, a los dos extranjeros.
«Tengo un hijo de dos años y medio y a mi mujer embarazada que vinieron conmigo en patera en septiembre y teníamos que comer todos». Su pareja y el pequeño se encuentran actualmente en un centro de acogida temporal de la capital balear. Los hechos ocurrieron cerca de un hotel de s'Arenal. Una turista que volvía a su habitación mirando el móvil se topó con el procesado y este le arrebató el terminal de la mano tras agredirle con una botella en el brazo.
El joven, de 28 años, relató que fue la víctima quien le golpeó a él con la botella. La Policía Nacional lo detuvo minutos después tras dar una batida por las inmediaciones y entre sus pertenencias hallaron el móvil, que la denunciante pudo desbloquear, confirmado así que era el suyo. Poco antes el imputado había llevado a cabo otro robo a un hombre haciendo uso también de la violencia. Ambos perjudicados, así como los agentes de policía que participaron en su búsqueda y arresto aquella madrugada del pasado 27 de octubre, recordaron en el juicio la brusquedad que empleó el delincuente.
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