Estas juntas valoran «la personalidad y el historial individual, familiar, social y delictivo del interno, la duración de las penas, el medio social al que retorne el recluso y los recursos, facilidades y dificultades existentes en cada caso y momento para el buen éxito del tratamiento», según la Ley Orgánica penitenciaria. Los expertos concluyeron que su petición cumplía con los requisitos necesarios, en especial por su avanzada edad –75 años– y por el hecho de haberse arrepentido. Los responsables de Instituciones Penitenciarias, del Ministerio del Interior, en Madrid, tampoco se han opuesto.
El tercer grado penitenciario que ha obtenido José María Rodríguez es un grado de clasificación de los reclusos que les otorga mayor libertad, sin contar con la libertad condicional. La medida permite, salvo contadas excepciones, que un penado salga de prisión y regrese a dormir al centro o al espacio habilitado que tengan las instituciones penitenciarias para ello. De esta forma, el exconseller ‘popular' solo deberá a partir de ahora ir al CIS para pernoctar y al día siguiente, por la mañana, podrá abandonar el centro hasta la noche.
Dos décadas
En el caso de Rodríguez se pidió que se valorara que es delincuente primario, sin otras condenas, que tiene ya 75 años de edad y ha sido condenado por unos hechos ocurridos hace dos décadas. También su defensa puso de manifiesto que tiene personas dependientes a su cargo. De hecho ya ha pasado los primeros trámites en el centro. La decisión de la junta estaba previsto que se adoptara con celeridad, tal y como ha sucedido.
El expolítico fue condenado por camuflar con un falso trabajo una contratación para la empresa Over Marketing para que pudieran cobrar parte de la deuda que tenían con el Partido Popular por la campaña electoral de 2003. Su defensa planteó un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y la suspensión del ingreso en prisión. Tras unos días de incertidumbre, finalmente el pasado lunes día 10 José María Rodríguez recogió en la Audiencia de Palma, acompañado de su abogado Gaspar Oliver, el mandamiento de ingreso, que ya contemplaba la posibilidad de que entrara en el Centro de Inserción Social Joaquín Ruiz Giménez, que está ubicado en la calle Sastre número 2, en la barriada de Son Malferit. Aquel día, a pesar de que la expectación mediática en las inmediaciones de la Audiencia era máxima, el exdelegado del Gobierno prefirió guardar silencio y no hizo ninguna declaración pública. Ahora, con el tercer grado, su panorama penitenciario cambia.
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