El episodio, uno más en las noches locas de Magaluf, se registró en la madrugada del 26 de julio, en un tramo de la calle Martín Ros García. Uno de los testigos grabó con su teléfono móvil la secuencia, que dura un minuto y cuarenta y dos segundos y que arranca con un joven poseído, que vocifera y esgrime amenazante un palo de golf.
Todo indica que se encontraba bajo los efectos de las drogas o el alcohol, tras una madrugada de desfases, y en varias ocasiones golpea a un chico de camisa azul y bermudas vaqueras, que en un momento dado consigue arrebatarle el arma. El británico, sin embargo, la recupera segundos después y prosigue con su alocada huida calle arriba, mientras lanza golpes con el palo a diestro y siniestro. Poco a poco lo va rodeando una muchedumbre y cinco de ellos le cierran el paso. Uno, de repente, irrumpe con otro palo y consiguen derribarle.
A partir de ese momento, el turista recibe una lluvia de patadas y puñetazos en el suelo, que lo dejan fuera de juego. Queda tendido sobre la acera, frente a un local, con el rostro ensangrentado y graves lesiones faciales. Pierde el conocimiento debido a la paliza y son algunas amigas las que, desesperadas, piden ayuda a gritos. Los agresores y los testigos se dispersan en cuestión de segundos. El vídeo se colgó en internet, lo que provocó una avalancha de comentarios y reacciones. La Guardia Civil, el mismo día de la brutal agresión, abrió una investigación y detuvo a dos de los implicados.
Sin embargo, el resto de agresores parece ser que se escondieron y no pudieron ser localizados hasta el jueves, cuando cayeron los tres últimos sospechosos. Policialmente, el caso ya está resuelto. Parece ser que los acusados han argumentado, en su defensa, que la víctima los atacó sin motivo en la calle, con el palo de golf, y que ellos solo se defendieron. Sin embargo, las imágenes apuntan a que se ensañaron con el turista británico.
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