Ya hace tiempo que los productores de leche venían reclamando un cambio de paradigma. Veían como la producción que no se transformaba en queso perdía valor con la consideración de ‘excedente'. Sin embargo, hasta ahora, para Coinga era difícil asumir tantos litros, por lo que se seguía con el envasado.
El gerente de la cooperativa, Santiago Tadeo, señala que desde noviembre ya expuso en el Consejo Rector la necesidad de un cambio. «El último año hemos subido 12 céntimos el precio que se paga a las fincas por cada litro de leche», una cantidad «difícil de recuperar con la leche envasada» y que acabaría repercutiendo en los payeses.
A todo eso, hay que añadir la crisis por la covid-19 y por la guerra en Ucrania, que «han incrementado notablemente los costes de producción para todos».
Menos leche, la clave
El nuevo planteamiento llega al comprobar el descenso de litros de leche que llega a la fábrica. Tadeo recuerda que años atrás «llegaron a entrar 28 millones de litros en un año, y excepto 2020 que, con la pandemia, fueron unos 15 millones (porque absorbieron más cantidad para evitar que se echara a perder), anualmente son unos 12 millones los litros que compramos».
Una cifra que, pronostican desde Coinga, se quedará este 2022, por el cierre de fincas y el descenso de producción, en unos 10 millones de litros. Una cantidad esta que «creemos que sí podemos asumir con la producción de quesos y otros productos».
Y es que la sociedad ubicada en Alaior no solo envasa leche UHT y produce queso entero o en porciones. Su línea de productos incluye también la leche fresca, el kéfir, el laden o el propio queso, loncheado o rallado.
«Podemos apostar por más productos, mozzarella, yogurts», avanza Tadeo, quien ve igualmente «margen de crecimiento para el kéfir, el laden, el queso latino o la leche fresca», productos destinados principalmente al mercado peninsular y a Mallorca.
Cambio adelantado
Este cambio estaba previsto de cara a 2023. Sin embargo, una avería en julio producida en la planta de envasado ha propiciado un adelanto del cierre. Tanto es así que este mismo jueves se ha informado al personal de Menorca Llet, la planta de envasado participada por Coinga (51 por ciento) y el grupo Capsa (49 por ciento), que también da visto bueno a la operación. Este cambio de rumbo implica una serie de inversiones para adaptar las instalaciones a los nuevos productos. Por ahora «hemos hecho una inversión de 600.000 euros para adaptar los procesos» y cuentan con «un proyecto de inversión para módulos nuevos, una moldeadora, o una dosificadora».
Desde Coinga ven esta transformación como un avance, no solo para Coinga, que podrá vender unos productos de mayor valor, sino «también para el campo menorquín» si la intención es «seguir incrementando el precio que se paga por la leche», concluye Tadeo.
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