Alumnos en el aula de un centro escolar, en una imagen de archivo. | Gemma Andreu
Maó08/07/22 9:27
La indignación se ha adueñado de Francesc Sintes, un abuelo menorquín que ha visto cómo una escuela de Barcelona ha evaluado el catalán de su nieto: se tiene que quitar el «acento menorquín» que todavía conserva. La madre del niño es menorquina, al igual que sus abuelos, de ahí que el niño mantenga la fonética que ha escuchado toda la vida en casa, algo diferenciada del dialecto del catalán central que se habla en Barcelona.
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