De momento, los agentes no han podido contactar con el político, que además es propietario de una cadena de supermercados muy conocida. La víctima, una conocida mallorquina de 47 años, se encuentra en la actualidad en Miami, donde pasa largas temporadas.
Los hechos se remontan al verano de 2020, en plena pandemia, cuando la novia del político se alojó en una casa de Marratxí de unos familiares. Durante más de un mes, fue seguida de forma exhaustiva por agentes de la Benemérita y por vigilantes que trabajaban para una empresa de escoltas y que, supuestamente, debían «protegerla» por encargo de Martinelli. El expresidente, durante ese tiempo, cruzó decenas de mensajes con los guardias civiles y la empresa de escoltas, a través de tres grupos de Wasaps que se crearon exprofeso para seguir a la mallorquina.
Sin embargo, la víctima detectó los seguimiento y el espionaje al que estaba siendo sometida, que consistía incluso en la colocación de balizas y geolocalizadores en su coche. Tras descubrir lo que estaba pasando, y que en realidad no eran escoltas que querían protegerla, acudió a la Policía Nacional, la Guardia Civil y un juzgado de Palma, que abrieron diligencias.
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