Las matriculaciones de automóviles en las Islas experimentaron un ligero repunte en 2021, en contraste con los balances negativos de la inmensa mayoría de comunidades autónomas, si bien es cierto que se contaba con un mayor margen de crecimiento por el brutal desplome de 2020 (-45,7%), el segundo más alto de España tras Canarias. Con todo, el sector continúa inmerso en una crisis para la que no se espera un inicio de la recuperación hasta el segundo semestre de este año, que se está cebando especialmente con el diésel y que amenaza con dejar los rent a car otra vez con la flota en cuadro para el inicio de la temporada turística.
Por ello, ese repunte del 4,8% gracias a ese efecto rebote está lejos de hacer lanzar las campanas al vuelo a las patronales del sector. La crisis de suministros derivada de la pandemia -y focalizada en los microchips- seguirá haciendo notar sus efectos por lo menos hasta julio, cuando se calcula que podría empezar el arranque, aunque fuera tímido, de la remontada. Así lo estima el presidente de Asociación de Empresarios de Distribución de Automóviles de Balears (ASEDA), Andreu Vidal, quien fija una diferenciación clara entre primer y segundo semestre. Ese es el punto de inflexión que debe marcar «un inicio de la normalización». La recuperación, no obstante, puede llegar demasiado tarde para los negocios de coches de alquiler. Vidal no es optimista: «Perderemos la temporada turística porque no tendremos posibilidad de entregar los vehículos a tiempo».
Ramón Reus, presidente de la Agrupación Empresarial de Alquiler de Vehículos con y sin Conductor de Balears (AEVAB), reconoce que este año «vamos a volver a tener un problema. Ahora mismo estamos buscando coches pero no hay posibilidades por la falta de suministros». El pasado año las empresas de alquiler de coches ya tuvieron que afrontar la temporada con hasta un 25% menos de la flota prevista, unas cifras que parece que se repetirán este año. Problemas añadidos son el consecuente envejecimiento del parque existente y las pérdidas que todavía pasan factura de 2020. Ese año «arriesgamos y fracasamos: lo que compramos no se pudo alquilar por la crisis turística».
Por otro lado, la caída del diésel a nivel estatal se ha notado todavía más en Balears con una reducción del 29% (y cuando ya había bajado casi un 50% en 2020). Ello obedece, según Vidal, a la reducida superficie de las Islas -que no requiere motores de esa eficiencia- y especialmente a la estigmatización de la que a su juicio ha sido objeto el diésel por parte del Govern. «Se han dedicado a demonizar el diésel y eso ha influido en la gente. Quieren pasar al coche eléctrico sin tener la infraestructura necesaria para ello». Cabe recordar que la ley balear de Cambio Climático prohibirá la circulación de nuevos coches diésel en las Islas a partir de 2025 (la ley estatal fija esa fecha en 2040) y de los coches de gasolina para 2035, aunque los matriculados anteriormente podrán seguir circulando.
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