El caso, al que ha tenido acceso Ultima Hora en exclusiva, se descubrió el pasado 16 de septiembre, cuando la denunciante de 17 años y su madre comparecieron ante la Policía Judicial y declararon durante tres horas en el Grupo de Menores. La atleta relató que había ingresado en el Centro, dependiente del Govern balear, cuando cursaba Tercero de la ESO y que desde el principio sufrió vejaciones y humillaciones por parte de dos técnicos. Además, soportó presuntamente comentarios obscenos sobre sus partes íntimas. «Eres una niñata, no vales para nada. Cállate la boca», le decían los denunciados, según consta en el escrito policial. La atleta ha conseguido a lo largo de estos años importantes medallas en distintas disciplinas, pero esos éxitos no sirvieron para relajar la presión que sufría: «Ganara o no, siempre me insultaban y humillaban».
El pasado 11 de septiembre, cuando estaba compitiendo en Roquetas de Mar con otros mallorquines, la menor salió del mar y se colocó el bañador, a lo que uno de los entrenadores le gritó: «Deja de mirarte las tetas». Ella le explicó que se estaba quitando las algas que se le habían metido, y el otro profesor supuestamente comentó: «Aquí hay mucha gente que te quitaría las algas de buen gusto». La víctima explicó a los investigadores que el acoso sexual viene de lejos, aunque añadió que nunca intentaron propasarse físicamente con ella.
El desgaste emocional fue tal, que la adolescente tuvo que acudir al psicólogo del centro, en busca de ayuda. También consta en la denuncia que contó los episodios a una jefa deportiva, que le contestó: «Lo hacen por tu bien, no tienes que preocuparte». Este año, el maltrato psicológico se intensificó y cuando se recuperó de una lesión, intentó apuntarse a una competición de trail, pero los dos entrenadores se negaron: «No, que estás gorda. No estás cualificada para ir, es un premio que tú no te has ganado». El padre de la atleta se quejó a la citada jefa y los dos profesores, según la denuncia, se disculparon por su comportamiento.
Finalmente, la denunciante no fue renovada en el Centro de Tecnificación, a pesar de que sus resultados habían sido óptimos, y tuvo que buscarse urgentemente un instituto, para escolarizarse. La víctima sostiene que no acudió antes a la policía porque estaba «aterrada» y tenía miedo a represalias. Pasaba seis días a la semana en el recinto de deportistas de élite y entrenaba y estudiaba doce horas al día, siempre con los dos citados entrenadores. La policía tiene previsto tomarles declaración en breve.