El acusado, de nacionalidad española, reconoció los hechos ante la jueza y aceptó la pena impuesta, a la que se llegó tras un acuerdo de conformidad entre las partes antes de la vista, celebrada semanas atrás en un juzgado de lo Penal de Vía Alemania. Los hechos que acabaron llegando a juicio se remontan a 2018. El imputado y la perjudicada mantuvieron relaciones esporádicas teniendo ella en ese momento pareja. Algunos de esos encuentros fueron grabados y también se tomaron imágenes. Cuando dichas relaciones finalizaron empezó el calvario de la mujer.
En fechas no concretas, pero entre 2018 y 2019, el imputado, de 44 años, se dirigió en numerosas ocasiones a su examante exigiéndole que volviese a tener relaciones sexuales con él y que le enviase fotografías eróticas y en caso de no hacerlo le haría llegar a su pareja las que ya poseía de cuando estaban juntos. La mujer llegó a enviarle varias, pero el asunto no acabó ahí ni mucho menos.
En agosto de 2019, el imputado le mandó a la hija de la perjudicada una foto de su madre semidesnuda. Ese mismo día, el acusado también exigió a la joven que le remitiese alguna imagen de contenido sexual suya, diciéndole que si lo hacía borraría las fotos de su madre. Ambas, hija y madre, acabaron denunciándolo en un juzgado de Manacor.
Inicialmente, el imputado se enfrentaba a tres años y nueve meses de cárcel. Tras el acuerdo entre la Fiscalía con la defensa la pena se rebajó dos años. Además de la multa de 1.620 euros, el hombre indemnizará con 2.000 a su examante y 1.000 a la hija de esta.
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