La semana pasada el Govern le pedía al Estado la regulación del pasaporte COVID para acceder a grandes eventos. Vista la negativa a hacerlo, al menos hasta que la vacunación sea accesible a toda la población diana, ayer se pasó al plan B: usar un sistema similar para garantizar la seguridad en residencias, campamentos de verano o grandes acontecimientos.
Respecto a las residencias, a partir de hoy mismo se restringen las visitas sólo a personas completamente vacunadas, que demuestren haber pasado la enfermedad en los seis meses anteriores o que presenten una prueba de COVID negativa, si es PCR, 72 horas antes, o si es test de antígenos, 48.
Se exime de este requisito a los menores de 12 años aunque se les recomienda extremar las medidas de precaución, ya sea con el correcto uso de mascarilla, la distancia de seguridad o acudir a lugares ventilados.
Por otra parte, las salidas de residentes al exterior se permitirán con un consentimiento previo en el que se garantice que, durante el tiempo en que estarán fuera, los usuarios sólo se relacionarán con personas que cumplan los requisitos anteriores.
Para los trabajadores no vacunados de estos centros se abre una auténtica gincana médico-laboral: si no han estado enfermos en los últimos seis meses se tendrán que someter a tres test anti COVID semanales, de los que al menos dos tendrán que ser PCR.
En Baleares hay censados 7.128 empleados de geriátricos de los que 6.447 han recibido al menos una dosis (el 90,45%) y de éstos 6.280 tienen pauta completa (88,10%). Y es que según los últimos datos de Epidemiología, en las Islas hay ahora 73 positivos activos entre los usuarios de residencias y 51 trabajadores con el diagnóstico confirmado.
Actualmente, en sa Residència hay 37 usuarios positivos, de los que 14 están hospitalizados y 11 trabajadores; en Can Blai tres usuarios y dos trabajadores; en cas Serres, un usuario y dos trabajadores y en la Reina Sofía, un usuario hospitalizado y un trabajador.
Como la intención del Govern es limitar la generación de brotes en los ámbitos de especial riesgo, bien sea por haber personas vulnerables, o bien por la naturaleza de los acontecimientos, los monitores que participen en campamentos de verano tendrán también que someterse a test semanales antes del inicio de la actividad.
A partir del 14 de agosto
En relación a los grandes acontecimientos (los que superan los 500 asistentes en interiores y 2.500 en exteriores), el Govern aprobó ayer que los asistentes mayores de 12 años acrediten una doble vacunación, haber pasado la enfermedad o un test antiCOVID a partir del 14 de agosto. Para comparar el alcance, cabe recordar que el concierto de la Plaza de Toros en el que se extendió uno de los más fatídicos megabrotes de COVID, no se consideró un gran espectáculo al reunir a cerca de 2.000 personas en el exterior.
Todas estas medidas, aprobadas ayer por la Mesa de Diálogo Social convocada por el Govern, se mantendrán hasta el 23 de agosto, coincidiendo con la revisión de la limitación de la movilidad entre las 1 y las 6 horas que se autorizó con el visto bueno del Tribunal
Superior de Justicia.
Además, el portavoz del Govern, Iago Negueruela, advirtió que en septiembre se seguirá trabajando con los diferentes sectores para hacerlas extensibles en más ámbitos como el ocio nocturno, ya que «la vacunación es la clave para la recuperación por lo que hacemos un llamamiento al conjunto de ciudadanos», dijo.
3 comentarios
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PRO PA GAN DA Juanjo, pura y dura. Yo siento penita por quienes creen que la vacuna va a devolver la normalidad siendo, como es evidente, parte del problema. Un saludo...
Esto es agua de borrajas. Cuántos eventos se han hecho el último año en Ibiza con más de 500 asistentes en interiores?? Y en exteriores con más de 2500?? Es todo propaganda para que la gente se vacune. No va a cambiar nada. Esta situación ha venido para quedarse, por que hay un interés en que así sea; de otra manera sin restricciones ni pandemias y dejando a la economía andar pobremente nos enfrentaríamos a un sinfín de problemas derivados de la escasez de energía y materiales. Limitando el consumo se evita que los problemas de escasez se agudicen. Y es más, limitando el consumo no se hace frente a los problemas de escasez, por lo que la demanda va a seguir inferior a la oferta; de lo contrario los problemas inflacionarios que veríamos serían el fin del sistema consumista y extractivista, alias capitalismo. Pero claro, mejor dividirnos y tirarnos cortinas de humo, que si vacuna sí o vacuna no.
Poquito a poco vamos a poder ir haciendo vida relativamente normal, pudiendo hacer actividades que por la pandemia no se podían. Y me gusta que den la opción de hacer test a quien no se quiera vacunar, eso sí, que se los paguen de su bolsillo, no vamos a pagar justos por pecadores. Venga que ya queda poco para terminar con esto