En la pasada noche, gente en Ibiza disfrutando del fin del toque de queda. | Marcelo Sastre

La sentencia del Tribunal Supremo que anula el toque de queda y las limitaciones a las reuniones sociales ha empujado al Govern a avanzar en su propia desescalada. Desde este viernes se permite la apertura del interior de bares y restaurantes en horario nocturno hasta las 00.00 horas, aunque se mantiene el aforo al 50 por ciento. También se amplía el número de comensales que podrán sentarse en una mesa: serán diez en el exterior y seis en interiores, según detalló el portavoz del Govern, Iago Negueruela, tras una reunión urgente de la Mesa de Diálogo Social.

Estas medidas, aunque con algunas limitaciones, debían entrar en vigor el próximo domingo, pero se adelantan dos días como consecuencia del levantamiento del toque de queda. Ya no está vigente la obligación de que no se reúnan más de 15 personas en exteriores y 10 en espacios interiores, pero el portavoz anunció el jueves que recomiendan a la población que sea prudente y cumpla estas normas aunque no sean una obligación. «Pedimos a los ciudadanos que sean prudentes», dijo el conseller.

En paralelo, el conseller anunció avances en el ocio nocturno y confirmó que se hará una prueba piloto en Mallorca y en Ibiza el próximo día 25. En Mallorca será con motivo del concierto de Sidonie, en el Mallorca Live Festival. El público deberá llevar mascarilla, pero podrá estar de pie. El Govern quiere que se parezca lo más posible a los conciertos previos a la pandemia.

El conseller aseguró que el Ejecutivo respeta la decisión del Supremo, si bien no comparte algunos de sus términos, y recalcó que es un aval para que las comunidades autónomas puedan aprobar medidas que limitan derechos fundamentales, solo que se discrepa en la proporcionalidad. «Hemos tomado estas medidas para salvar vidas y creemos que son proporcionadas, como también mantiene el Tribunal Superior de Justicia de les Illes Balears, señaló.

Reconoció que para el Govern ha sido complicado tomar según qué decisiones. «Es difícil adoptar medidas restrictivas de derechos fundamentales, pero lo hicimos para salvar vidas», insistió el conseller. «Ahora hay que mirar al futuro y reabrir y recuperar los 200.000 trabajadores del sector, para recuperar la economía», añadió.

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Control en aeropuertos

El conseller valoró que se mantengan los controles en puertos y aeropuertos, cuando la movilidad es cada vez más intensa, y criticó el doble discurso del PP, que denuncia las limitaciones mientras el presidente del Consell d'Eivissa las apoya. «Tomamos medidas para preservar vidas y al PP hay que preguntarle por qué hace un discurso contradictorio», dijo.

En este contexto, el portavoz adjunto del PP en el Parlament, Antoni Costa, aseguró este jueves que «desde el PP ya advertimos que continuar con el toque de queda coartaba las libertades individuales y los derechos fundamentales de los ciudadanos de Balears». «Las medidas eran desproporcionadas e injustificadas», añadió.

Para Patricia Guasp, la portavoz de Cs, la sentencia del Supremo era esperada. «Ya avisamos que sin el paraguas jurídico del estado de alarma no podían ser avaladas», señaló. También denunció que las decisiones de Francina Armengol crean «caos jurídico e inseguridad».

Jorge Campos (Vox) consideró, por su parte, que el varapalo del Supremo es un argumento más para pedir la dimisión de Francina Armengol. «Los delirios dictatoriales de la presidenta no tienen cabida en nuestro estado de derecho», opinó.