Armengol volvió a pedir perdón en el pleno, pero aprovechó para recriminar el discurso «fascista» de Vox. | Jaume Morey

La salida nocturna de Francina Armengol y su presencia en un bar de Palma a la hora límite de cierre de los establecimientos embarraron ayer el pleno de Parlament desde el comienzo hasta el final. La petición de disculpas de la presidenta no han bastado a PP y Vox, que ayer reiteraron la petición de dimisión de Armengol y la de la consellera de Salut, Patricia Gómez, por asegurar que los ciudadanos pueden hacer lo que consideren oportuno en su tiempo libre.

Todos los diputados del PP hicieron alusión a este asunto en sus intervenciones y el tono del debate fue subiendo hasta el agrio choque final entre el conseller de Model Econòmic i Turisme, Iago Negueruela, y el líder de la oposición, Gabriel Company. «No me insulte», dijo el conseller. «No me amenace», contestó el líder del PP.

Choque Negueruela-Company
Negueruela contestaba a una pregunta del diputado del PP Antoni Costa, pero los constantes comentarios de diputados del PP desde sus escaños le hicieron parar e increpar a Company. «Yo no insultaría», dijo el conseller, tras denunciar que le había llamado «tonto». «Lecciones de ustedes, de un partido condenado por corrupción, menos cero. Es el peor líder de la historia y hoy se ha vuelto a retratar», añadió Negueruela. Company negó haber proferido insultos y exigió al presidente del Parlament que retirara las palabras del conseller del diario de sesiones porque eran «indignantes».

«Este presidente ha oído comentarios y ha visto determinadas gesticulaciones que no son adecuadas. No me haga decir de quién», contestó el presidente Vicenç Thomàs. «Hemos visto una escena propia de patio de colegio», sentenció Josep Castells, diputado de MxM, cuando le tocó intervenir.

Desde el comienzo del pleno quedó claro que el PP no piensa soltar fácilmente la salida nocturna de la presidenta para desgastar al Govern. El diputado Sebastià Sagreras acusó a Armengol de reducir el toque de queda por la noche «por la afición de la presidenta a salir a cenar y disfrazarlo de reunión de trabajo».

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Lamentó que el Govern vaya «a tomar gin tónics en momentos de toma de decisiones importantes para los ciudadanos» y que, mientras el Gobierno canario trabaja «y se arremanga», el de Balears se va de copas.

Núria Riera siguió con el tema en una pregunta dirigida a la consellera de Salut, Patricia Gómez: «Una presidenta dimitió por dos cremas; la señora ‘Barmengol' dimitirá por dos copas». Riera criticó que Armengol pidiera sacrificios a los ciudadanos «y por la noche se iba de copas». «¿Con qué autoridad moral gobernará ahora?», se preguntó.

Acusó a la consellera, que es enfermera, de tener más de 300 muertes por la COVID «a sus espaldas» y le pidió que se fuera «por respeto a las víctimas».

Gómez lamentó la actitud «destructiva» de la oposición, afirmó que eso era hacer «antipolítica» y reclamó al PP que presente propuestas a favor de los ciudadanos. Company, el último en intervenir, volvió a pedir la dimisión de Armengol.

El portavoz de Vox, Jorge Campos, atacó a la presidenta por el mismo flanco. Habló de posibles delitos cometidos con la pérdida del acta de la Policía y pidió la dimisión de Armengol: «Váyase de copas y a bailar toda la noche si quiere, pero antes dimita». «Mi compromiso con esta tierra es infinito y un partido como el suyo, que presentó una moción de censura con un discurso fascista, no me encontrará», contestó Armengol, tras reiterar las disculpas.