La incertidumbre es la peor enemiga de la acción y se demuestra con estas palabras del jefe de Cardiología de Son Espases, Vicente Peral: «Todo el miedo ha repercutido mucho en la salud de los pacientes».
Lo peor parte es que los temores continúen, y según este experto, ya han visto como algunos pacientes han llamado al centro sanitario para posponer pruebas durante esta segunda ola de la pandemia. «El miedo es razonable pero repercute en el resultado del pronóstico», advierte el doctor Peral.
Mientras que en los meses de junio , julio y agosto la actividad en su sección fue «algo superior que otros años», asegura que ahora, «pacientes con procedimientos del corazón programados llaman alegando que no quieren venir por prudencia. Ya no hablamos de infartos sino de procedimientos regulares», advierte sobre una reticencia que asegura le sorprende.
En estos momentos, el departamento de cardiología ha priorizado trabajar en los casos «más complejos». Reconocen que la atención a los pacientes de la pandemia crean «dificultades de UCI» pero, en cualquier caso, «nada se deja de hacer». Por otra parte, las peticiones de pruebas o consultas bajan porque «el circuito de detección precoz de enfermedades se está parando. En este servicio no hay lista de espera», presume.
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