El protagonista de ‘El método Kominsky’, un vecino más de Valldemossa. | Julián Aguirre

El encuentro con Michael Douglas dio mucho de sí, y nos brindó la oportunidad de abordar también otras cuestiones más allá de su relación con Mallorca. Su trabajo en la serie El método Kominsky, la entrega de su padre, fallecido en febrero, a causas solidarias; y el gobierno de Trump son algunos de los temas sobre los que se pronunció el actor.

Ahora regresa a EEUU para grabar 'El método Kominsky', al que la gente mayor de todo el mundo debe estar agradecido porque ayuda a aprender a ser mayores…

—Y no solo eso. También recuerda que la gente mayor goza de mucho sentido del humor. Yo, de verdad, estoy disfrutando del rodaje. El productor y autor del guión es Chuck Lorre, muy buen escritor, como lo demuestran sus éxitos con The Big Bang Theory y Dos hombres y medio. Además, para esta serie disponemos de muy buenos actores y de un excelente material. Por otra parte, las plataformas de streaming, como Netflix, son una magnífica combinación entre la televisión y el mundo del cine. Por primera vez es más fácil que la gente de uno y otro mundo estén juntos. El método Kominsky es muy buen producto, y la que rodaremos será la última temporada.

Por cierto, felicitaciones por su nominación a los Emmy, como coproductor y mejor actor, por esta serie.

—Muchas gracias.

Y el camarero, Alex, ¿es un personaje o en realidad existe?

—Es el actor Ramón Hilario quien interpreta al personaje. Afortunadamente, en la realidad es algo mas rápido. El restaurante donde rodamos es el Musso & Frank Grill. Es un establecimiento muy conocido en Hollywood, sobre todo por sus camareros, que llevan más de 50 años trabajando allí. Es, por tanto, un sitio real. Aunque ahora lo copamos para el rodaje. Son muchos los capítulos que hemos rodado allí. Para la gente de Los Ángeles es un sitio de referencia.

Su padre, Kirk, fue un gran actor, y nos sorprendió que dejara una cantidad tan grande de dinero para beneficencia.

—Mi padre ha donado unos 110 millones de dólares, y lo mínimo para sus hijos. Aparte, durante su vida ya repartió más de 110 millones de dólares para fines solidarios y participó en muchos proyectos. Uno de los más beneficiados fue Motion Picture Television Fund's, un centro de salud, jubilación y apoyo para todos los que estamos involucrados en la industria cinematográfica y de la televisión. Y no hablo solo de directores, actores y actrices, sino también de gente encargada de construir escenarios, decorados, vestuarios... Y es que en la industria cinematográfica nos ayudamos los unos a los otros. Es habitual que, como artistas, nos pidan apoyo para la gente del gremio. Nos sentimos afortunados de poder hacerlo. Mi padre tenía también una fundación dedicada a enfermos de alzheimer, a la que donó 15 millones de dólares. De hecho, tuvimos que ampliar esta fundación ya que esta enfermedad va creciendo. Mi padre y mi madrastra, Anne, crearon la Douglas Foundation, de la que ahora soy ejecutor de su voluntad testamentaria. Pero él me lo ha dejado muy fácil. Los proyectos son en Los Ángeles e Israel –tanto en la zona judía como palestina–. Se han construido más de cien parques infantiles. También ayudamos a gente sin hogar.

Michael Douglas y Pedro Prieto, durante la entrevista.

Hablando de política, está involucrado con el Partido Demócrata…

—Desde mi punto de vista, hemos vivido cuatro años de pesadilla. Trump ganó por sorpresa por el sistema de votos, y ha sido un desastre. Estoy muy decepcionado por todos los tratados que ha roto. Ahora estamos en un punto en el que tanto enemigos como aliados están en contra de Estados Unidos.

Desde Sierra Leona, Ismael Beah, antiguo niño de la guerra, hoy activista, le llamó a s'Estaca para entrevistarle vía Skype...

—Sí, era Ismael, exniño de la guerra. Yo fui representante de Naciones Unidas en Sierra Leona durante doce años, justo después de su guerra civil. La idea de la entrevista, del diálogo que hemos mantenido, fue para focalizar el problema de los niños de la guerra y al mismo tiempo demostrar la mejora que se ha conseguido. Ismael es un ejemplo de niño soldado que ha prosperado y ha sabido superarse en la vida.

Imaginamos que ha seguido la actualidad española. ¿Le ha sorprendido la importancia que se le está dando al rey emérito, Juan Carlos I, y a Corinna?

—No. El chismorreo siempre es más divertido que estar hablando de pandemia. Como no podemos hablar todo el rato de cosas duras, necesitamos distraernos. Yo lo siento mucho por la Familia Real. He visto por la prensa que don Juan Carlos está arrepentido y que la investigación no está terminada. Por eso me reservo hacer comentarios hasta que lo esté. Estoy seguro de que está avergonzado, y que don Felipe parece aguantar el chaparrón e intenta resolverlo. Mis pensamientos están con la familia. Ya se verá cuál ha sido el delito, si realmente lo hubo.

Su hijo Cameron ha escrito un libro, El largo camino a casa. Cuenta esos años que vivió a caballo entre la droga y los presidios. Es un gran libro, sin duda, que en EEUU tiene un gran éxito. ¿Ve ese libro convertido en una película?

—En particular, no veo el libro de Cameron para llevarlo al cine. Ha sido muy duro para mí y para la familia. Cameron ahora se está desarrollando en lo personal y lo profesional. En diciembre va a tener su segundo hijo, mi segundo nieto. Su mujer, Viviane, es de Brasil. Están residiendo en Los Ángeles. Sólo sale de su casa para ir a trabajar. Pero si alguien se interesase por el proyecto de llevar su libro al cine, yo estaría encantado. Respecto a Dylan y Carys, están bien. Dylan ha regresado a la universidad, pero no de manera presencial sino de manera virtual, mientras que Carys está en un internado, en Suiza, donde la situación por la pandemia no está tan mal.