Gerard Duelo, presidente del Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de España desde el pasado mes de marzo, estuvo ayer en Palma para reunirse con la junta directiva del Colegio de las Islas. Uno de sus objetivos es lograr una mayor regulación para el sector.
¿En qué situación están los agentes de la propiedad inmobiliaria?
—Se trata de un sector sin ningún tipo de regulación y nos sentimos desamparados. En el 2000 se perdió la regulación y la reserva de actividad para algunos colegios profesionales, no solo el de los agentes inmobiliarios, de modo que se liberó la profesión y solo con una licencia fiscal se puede ejercer. Desde entonces cualquiera puede dedicarse a la compraventa de viviendas, incluso sin los conocimientos necesarios. Enseguida nacieron asociaciones inmobiliarias que ofrecían lo mismo que los colegios y a día de hoy hay más asociados que colegiados, por lo que el sector requiere de una reorganización.
¿Qué consecuencias ha tenido?
—El desprestigio de la profesión ya que ha habido malas experiencias de clientes que han topado con agentes no profesionales. Por esto queremos proponer al Gobierno central que legisle sobre el sector y a favor del consumidor.
¿Cómo valora el decreto que va a aprobar el Govern balear según el cual los agentes inmobiliarios deberán estar inscritos en un registro para ejercer?
—Es positivo, especialmente si es obligatorio ya que en comunidades como Madrid no lo es y entonces la gente no se inscribe. Se trata de avances autonómicos, pero son insuficientes para la regulación del sector.
¿Ha cambiado el perfil del profesional a raíz de la crisis?
—En cierto modo sí ya que ha provocado entradas y salidas en función de la actividad. Es decir, empresas inmobiliarias se vieron obligadas a cerrar y personas que quedaron sin trabajo decidieron entrar en este negocio. Una parte del sector se ha desprofesionalizado y ahora su peso sobre el total es mayor que antes.
¿En qué momento está el mercado inmobiliario?
—La verdad es que no se puede hablar en términos generales del mercado inmobiliario ya que hay que distinguir, de una parte, la ubicación; y, de otra, si hablamos de residencial, turístico o comercial. En cualquier caso, creo que este año será muy similar al anterior. No son ejercicios tan brillantes como los dos anteriores ya que existe una desaceleración normal de los ciclos económicos. También venimos de un largo período de incertidumbre política que ha frenado la inversión.
¿Y en el caso de Balears?
—Desde la Península no apreciamos preocupaciones en las inversiones en las Islas y es aplicable que el 2020 será similar al 2019, tanto en movimientos como en precios. Hay que tener en cuenta que los precios no bajan y suben al mismo ritmo en una autonomía.
¿Es partidario de limitar los precios de alquiler de la vivienda?
—Soy más bien partidario de regular, que permite incluir más parámetros en función de las características de las zonas y de los propios edificios. Además, considero que debería ser una normativa de carácter autonómico o incluso municipal.
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