Company, con Isern, en la noche electoral. El candidato a alcalde podría seguir su mismo camino. | Jaume Morey

Gabriel Company tiene prácticamente decidida una retirada progresiva de la vida política, que pasaría por no tomar posesión como diputado en el Parlament, pero sí por continuar en la dirección del partido de manera transitoria hasta la celebración de un congreso extraordinario que elija nuevo presidente. Es lo que aseguran fuentes de la formación tras la intensa noche electoral que se vivió el domingo y que ha dejado al PP con los peores resultados de su historia.

El presidente de los ‘populares' guardó este lunes un mutismo absoluto, al igual que sus colaboradores más directos. Nadie quiso decir nada a la espera de escuchar a su líder en la reunión de la dirección que se celebrará este martes. Sin embargo, tanto en la noche electoral como en los días previos de campaña, Company sí anunció a varios dirigentes de la formación su intención de no continuar si los resultados no eran buenos para el PP.

El PP salió derrotado y, por primera vez en la historia de Baleares, no fue el partido más votado. Los resultados fueron malos, menos de lo esperado, pero dejan al PP sin ninguna posibilidad de gobernar, por lo que el partido volverá a estar cuatro años más en la oposición.

Nadie quiso hacer este lunes comentarios oficiales en las filas de los ‘populares' a la espera de lo que este martes pueda anunciar Company, pero sí se señalan dos posibilidades de manera extraoficial. La primera de ellas es que el líder del PP ni siquiera tome posesión como diputado, lo que daría pie a la entrada de Isabel Borrás en el Parlament. La segunda es que aguante hasta el debate de investidura con Francina Armengol y luego renuncie, aunque la mayoría descarta esta segunda opción y cree que la salida será más rápida.

Lo que sí parece seguro es que Company dejará la presidencia del PP de las Islas, aunque lo hará tras convocar un congreso extraordinario, algo que muy difícilmente se podría celebrar antes de cuatro o seis meses. Esa es la retirada progresiva a la que se refieren algunos dirigentes del PP: el actual presidente aguantaría hasta el congreso extraordinario, momento en el que cedería el testigo al sucesor.

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Lo que se pretende es hacer una sucesión ordenada y que no se repita el espectáculo vivido hace cuatro años tras la derrota de José Ramón Bauzá. El expresidente del PP dijo que se iba, pero no lo hizo. De hecho, trató de aguantar con todo el partido en contra y se resistió todo lo que pudo a marcharse, así que algunos dirigentes de la formación, entre ellos el propio Gabriel Company, tuvieron que forzar la salida de Bauzá con una operación apoyada por Génova.

Ni siquiera los críticos con Company quieren repetir esta vez una situación como aquella. Prefieren una salida ordenada y ya les va bien que el propio Company dirija el partido hasta la celebración del congreso, según aseguraron este lunes algunas de estas voces críticas con el presidente.

Lo que deberá decidirse en ese congreso es quién asume la dirección de la formación. En el PP prefieren no dar nombres, pero el de Margalida Prohens sale cada vez que se habla de este asunto. Es la dirigente con más peso, por detrás de Company, pero tiene en contra que debería dirigir el partido desde Madrid. Otro dirigente al que se menciona es al portavoz de la formación, Llorenç Galmés, pero también tiene en contra que no está en el Parlament.

Entre las voces críticas con Company, se apunta otro nombre, el del exconseller José Vicente Marí Bosó, que podría convertirse en el alcalde de Ibiza, cargo que también complica su posible elección.

Pero si Company se va, será necesario buscar relevo en el Grup Parlamentari y los dos nombres que cuentan con más bagaje son la diputada Núria Riera y el número uno de la lista del PP por Eivissa, Antoni Costa.

Si Company se va, en el PP dan por hecho que también lo hará Mateo Isern, que aceptó liderar la lista de Palma tras haber anunciado su retirada de la política. Los resultados en Palma han sido malos por la irrupción de Ciudadanos, pero sobre todo de Vox, que ha quitado votos al PP pero no ha sumado los escaños suficientes para formar un gobierno alternativo al de la izquierda.