La presidenta Armengol durante la entrega de la Medalla d'Or 2019 a Moviment de Solidaritat mobilizado en el Llevant de Mallorca. Recogieron el galardón un grupo de 48 personas, representantes de diferentes organismos, cuerpos de policía, de seguridad, de emergencias, entidades diversas, empresas y voluntaros. | Govern balear

La presidenta balear, Francina Armengol, huyó este jueves de la enumeración de los ‘logros' conseguidos en esta legislatura durante el discurso institucional, el último antes de las elecciones autonómicas de mayo, y optó por mirarse en el espejo de la sociedad balear y poner al grupo de personas y organizaciones premiadas como reflejo del «músculo y genio» de Balears.

La presidenta, que sí hizo una referencia a la aprobación, este jueves mismo, del Régimen Especial Balears (REB), alertó –sin aclarar si se estaba refiriendo a la cita con las urnas y del momento político previo– a «estos tiempos convulsos en que la crispación amenaza la convivencia» y destacó que en las Islas se habían sabido preservar espacios de «diálogo y lealtad». Fue lo que recomendó para el futuro, a la vez que recordó «esos tiempos de los que algunos parecen avergonzarse» en que primó el consenso.

Desde el primer momento de su intervención dejó claro ante quienes acudieron a sa Llonja para presenciar la última entrega de las distinciones autonómicas de esta legislatura (dos Medalles d'Or y once Premis Ramon Llull) que el mérito de Balears está en el esfuerzo de aquellas personas y organizaciones que este jueves recibieron las distinciones autonómicas.

Desde el primer momento aludió a las inundaciones de Llevant, que causaron 13 muertes, y al esfuerzo solidario que se organizó entonces. Una de las dos medallas fue precisamente para el voluntariado que hizo frente a la tragedia. Dijo mostrase «orgullosa y profundamente emocionada» por aquella reacción cívica. La presidenta, después de detenerse en los méritos de cada una de las personas y organizaciones galardonadas, abogó por «seguir avanzando juntos».

Francina Armengol, que preside un ejecutivo con mayoría de mujeres, aludió al inminente 8 de marzo y reclamó para las mujeres «el mismo sueldo, los mismos derechos y las mismas oportunidad». Aconsejó no ceder ante ningún tipo de discriminación y se felicitó de formar parte de una «sociedad solidaria e inconformista».

«Somos la sociedad de todos los premiado. En su espejo vemos reflejado lo mejor de lo que somos», indicó. Especialmente aplaudida fue cuando citó la labor del Open Arms, el barco que rescata refugiados en el Mediterráneo. «Sois el grito de la humanidad frente al silencio y la indiferencia, sois la convivencia, la valentía y la generosidad, sois nuestro modelo ético, no desfallezcáis».

El abanico de premiados fue amplio y la cocinera Macarena de Castro, galardonada con una estrella Michelin, fue la que agradeció las distinciones en su nombre.

La presidenta Armengol cerró el acto institucional. Esperó al final para lanzar su mensaje más político y para reclamar «seguir avanzando juntos» hacia un futuro más igualitario.
«Estimar nuestra sociedad es quererla plural y libre, abierta y viva», dijo para añadir que «eso nos obliga a plantar cara a la discriminación y no dar ni un paso atrás para defender un futuro político en que no haya lugar para el racismo y para aquellos que todavía quieren relegar a las mujeres a un papel de ciudadanas de segunda».

La presidenta del Ejecutivo balear no dio el visto bueno definitivo a su discurso hasta este jueves mismo. Incluso, por la mañana, estuvo tomando algunas notas en el Congreso de los Diputados mientras se debatía y aprobaba el decrerto ley que desarrolla la primera parte del REB.

Al aludir a este asunto, dijo que «es un éxito de todos que nos anima a seguir unidos para reforzarlo y convertirlo en una fuentes de bienestar compartido. Y concluyó: «A todos aquellos que quieren enfrentarnos les digo que no lo conseguirán».