El otoño, que comenzará el próximo domingo a las 03.54 horas, será más cálido de lo normal, sobre todo en la Península y Baleares, y normal en cuanto a lluvias, excepto en Baleares, donde podría llover más de lo normal, después del verano más fresco de los últimos cuatro años y el más tormentoso del siglo, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
La portavoz de la AEMET, Ana Casals, ha explicado durante la rueda de prensa estacional, que la predicción para el otoño presenta aún muchas incertidumbres pero todo apunta a que el otoño será algo más cálido de los 15,9 grados centígrados normales en la Península y Baleares, ya que para Canarias no hay una tendencia clara.
Por su parte, el portavoz adjunto de la AEMET, Rubén Del Campo, ha explicado que el trimestre estival, que va de junio a agosto, ha sido «cálido» en el conjunto de España, con un valor medio de 0,6 grados centígrados (ºC) por encima de la media (23º) respecto al periodo de referencia 1981-2010 y «muy húmedo», con un 22 por ciento más de lluvias de lo normal.
Así, ha precisado que este ha sido el decimotercer verano más cálido de los últimos 53 años y el undécimo más cálido de este siglo, lo que confirma la tendencia al aumento de la temperatura progresiva, sobre todo en este siglo.
En todo caso, aunque este verano no ha sido tan cálido como los tres anteriores, Del Campo observa que «se constata» una acumulación de veranos cálidos a lo largo del siglo XXI, de modo que en España, los veranos se están alargando 9,23 días cada diez años. Esto es «empiezan antes y terminan más tarde», ha dicho.
Las máximas han sido medio grado más altas de lo normal, pero las mínimas han estado 0,7ºC por encima de la media y a este respecto, ha destacado las temperaturas mínimas muy altas registradas en numerosos observatorios, como por ejemplo en Barcelona-El Prat, donde no se bajó de 27,3ºC el 5 de agosto y marcó un récord de temperatura mínima más alta.
Por zonas, ha indicado que el verano ha sido frío o normal en el cuadrante suroccidental de la Península pero que ha sido cálido o muy cálido en el resto del país, sobre todo en las regiones del Mediterráneo.
Otras de las características que ha destacado sobre el verano es su carácter tormentoso a lo largo de todo el periodo. De hecho, Del Campo ha confirmado que este ha sido el verano con más tormentas desde, al menos, el año 2000, cuando se empezaron a hacer estudios de tormentas y agosto fue récord en rayos.
VERANO HÚMEDO
De hecho, en cuanto a las precipitaciones, el verano de 2018 ha resultado muy húmedo, ya que se ha recogido una media de 91 litros por metro cuadrado en el conjunto de España, lo que supone un 22 por ciento más que la precipitación media del periodo 1981-2010, que son 75 litros por metro cuadrado.
Asimismo, ha indicado que el verano resultó muy húmedo o húmedo en gran parte de la mitad norte y del tercio este peninsular, en Baleares y en algunas zonas de Canarias, mientras que fue seco en zonas del oeste de Galicia, Cataluña y del centro y sur de la Península.
Del Campo ha apuntado que el 3 de junio se recogieron en Valencia 93 litros por metro cuadrado; el 11 de julio en Santander-aeropuerto, 83 litros por metro cuadrado y ese mismo día, 74 litros por metro cuadrado en Barcelona-aeropuerto.
Igualmente, ha insistido en que las precipitaciones acumuladas en muchas ocasiones se debieron a tormentas y que se superaron los valores normales en amplias zonas de la mitad norte, la Comunidad Valenciana, Murcia, sureste de Castilla-La Mancha y nordeste de Andalucía, así como al oeste de Huelva, gran parte de Baleares y de Canarias.
Por meses, ha dicho que junio fue muy húmedo, un 61 por ciento por encima de lo normal; julio resultó húmedo, con un 5 por ciento más de lo normal y agosto fue un mes normal pero con un volumen de lluvias similar al de julio quedó un 11 por ciento por debajo del valor normal en dicho mes.
UNA OLA DE CALOR
Además, este verano ha tenido una sola ola de calor, del 1 al 7 de agosto que afectó a 29 provincias, frente a las cinco olas de calor de 2017, que abarcaron un total de 25 días; cuatro en 2016 que sumaron 15 días y dos olas de calor en 2015 que afectaron a 29 días en total.
En el transcurso de la ola de calor se superaron los 45ºC en zonas del sur y suroeste peninsular. El día 3 de agosto, además, fue la segunda jornada más cálida desde 1941 en el conjunto de España teniendo en cuenta la temperatura máxima. Otros dos días, el 6 y 2, ocupan la sexta y séptima posición entre los días con temperaturas máximas más altas para el conjunto del país desde 1941.
Precisamente fue en esos días cuando se alcanzaron las temperaturas más altas, como los 45,1ºC en Córdoba el 4 de agosto; 44,7ºC en Badajoz-aeropuerto, el 3 de agosto y en tres observatorios de la red principal se alcanzó la temperatura máxima absoluta registrada en su serie histórica y, del mismo modo, Del Campo ha expuesto que en ocho observatorios principales se alcanzó la temperatura mínima más alta de todos los veranos desde que tenían registros.
En cuanto a las temperaturas más bajas, se dieron durante el episodio frío de la primera quincena de junio, y la AEMET destaca los 1,8ºC del Puerto de Navacerrada el día 5; los 5,1ºC de Molina de Aragón el 14 de junio o los 5,3ºC de Burgos el día 6 de ese mes.
TENDENCIA GLOBAL AL CALENTAMIENTO
La explicación a las características de este verano menos caluroso y con numerosos episodios de tormentas tiene que ver con la situación atmosférica que, según ha explicado la también portavoz de la AEMET Delia Gutiérrez se debió a que en junio y julio una situación de «bloqueo anticiclónico» provocó temperaturas muy elevadas y sequía en el norte de Europa, que estuvieron acompañadas de graves incendios forestales. Mientras, en las zonas del suroeste de la Europa las precipitaciones eran más elevadas de lo normal.
En agosto, sin embargo, las altas presiones se desplazaron hacia el suroeste de Europa y afectaron a toda la Península y esto, según ha detallado, ayudó junto con un área de bajas presiones situada al sureste de la Península, a que llegara a España aire cálido de origen tropical que se sumó a la estabilidad atmosférica y provocó temperaturas elevadas.
Esta situación, según ha informado Gutiérrez, tiene que ver con un reciente estudio del World Weather Attribution que advierte de que olas de calor como las del norte de Europa este verano son en la actualidad el doble de probables que si la actividad humana no hubiera alterado el clima.
En este contexto, ha añadido que la superficie del agua del mar este verano llegaron a alcanzar en los diez primeros días de agosto hasta 30ºC en el Mediterráneo y 25ºC en el Cantábrico oriental, es decir, anomalías de más de cuatro grados centígrados respecto a los valores normales.
Así, Gutiérrez ha recordado que el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) ha advertido de que los océanos están absorbiendo la mayor parte de energía suplementaria que se está incorporando al sistema climático.
AÑO HIDROLÓGICO
Por último, los portavoces de la AEMET han informado de que a falta de pocos días para que termine el año hidrológico, que comenzó el 1 de octubre de 2017, terminará con un 13 por ciento más lluvias de lo normal para el conjunto de España, por lo que de momento, parece que llegará a su fin el 30 de septiembre como un año húmedo, sobre todo por la «gran» aportación de la primavera, que fue la más lluviosa en España desde que hay registros.
Hasta el 16 de septiembre se han recogido 704 litros por metro cuadrado, frente a los 624 litros por metro cuadrado normales para el periodo de referencia 1981-2010.
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