El escrito de la Fiscalía deja casi al margen del caso, al igual que lo hacía el juez, al otro catedrático de la UIB investigado, Xavier Busquets (en la imagen a la izquierda). Toda la responsabilidad recae en su compañero Pablo Escribá. | LIPOPHARMA

El recurso de la Fiscalía contra el archivo del ‘caso Minerval' pretende que la causa vaya ya a juicio. El ministerio público no reclama ninguna prueba más y pide a la Audiencia Provincial que revoque el sobreseimiento del caso y que ordene al juez instructor dictar auto de pase a procedimiento abreviado con el que se inicien los trámites para juzgar al catedrático de la UIB Pablo Escribá por estafa. Se trata de un delito castigado con hasta seis años de prisión.

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El escrito del ministerio público discrepa de la conclusión del juez. A pesar de que admite que Escribá sí informó de que se trataba de un fármaco en fase experimental y que los resultados eran inciertos, la acusación aprecia la existencia de un engaño. Entiende que el catedrático se aprovechó de los duros momentos en los que estaban los enfermos y sus familiares. En la mayor parte de los casos se trataba de personas con un cáncer en fase terminal a los que ya no se les suministraban más que cuidados paliativos. En esa situación desesperada, la fiscal considera que eran vulnerables y que, en todo caso, los indicios que constan hasta ahora en la causa son suficientes para plantear una acusación en juicio y que sea un tribunal quien decida.

Entre los testigos en los que se apoya la fiscal a la hora de recurrir el auto están la jefa de Oncología de Son Espases, Sefa Terrasa y la investigadora, antigua discípula de Escribá, Gwendolyn Barceló.