Los problemas se acumulan en el Grupo Mixto del Parlament desde que las diputadas Xelo Huertas y Montse Seijas se incorporaron al mismo tras su expulsión de Podemos.

Un día la disputa es por los despachos, otro por los tiempos de intervención, otro por el nombramiento de asesores.

La ‘coexistencia pacífica’ que habían conseguido Ciudadanos (C,s) y Gent per Fomentera (GxF) ha saltado por los aires y ha alcanzado su punto más tenso cuando la Mesa de la Cámara ha aceptado provisionalmente un sistema para repartir parte de la asignación dineraria. Los grupos parlamentarios (con independencia del número de representantes) reciben una asignación fija de 4.000 euros al mes. Pero, además, una cantidad variable por diputado o diputada que va a parar al partido. Huertas y Seijas no tienen partido, pero han reclamado esta cantidad y la parte proporcional de la asignación fija.

‘Sueldos black’

La Mesa ha arbitrado un mecanismo, similar al que se utiliza en el Senado. La diputada Silvia Tur, de Gent per Formentera, mostró ayer su disconformidad. Dijo que las dos diputadas podrán disponer cada mes de una cantidad próxima a 2.000 euros que no tendrán que justificar. Cuando el dinero pasa a los partidos, estos informan al Tribunal de Cuentas, pero a no pertenecer a ninguna formación, el control no está tan claro. Ayer la Junta de Portavoces se reunió con este asunto en el orden del día.

La diputada Tur explicó que esto supondría un «sobresueldo injustificable» y que si finalmente la Mesa del Parlament acaba permitiendo que esto ocurra no será ni con su «firma» ni con su «beneplácito». «No será con mi consentimiento que tengan un sobresueldo de 2.000 euros mensuales no sujetos a ningún control», dijo.

La portavoz de Podemos, Laura Camargo, se refirió a Huertas y Seijas como «diputadas tránsfugas» y dijo que lo que quieren es «beneficiarse» y ganar «más de lo que ganaban». Afirmó que si consiguen ese dinero será un especie de sueldos black que no es aceptable.

Por su parte, la diputada Sílvia Tur reclamó un informe jurídico que avale la decisión de la mesa y, además, aseguró que estaba «muy desilusionada» ante el hecho de que el presidente del Parlament, de Podemos, no se mostrara más beligerante en este asunto. Tur añadió que no entiende las ganas de protagonismo de Huertas, que llegó a denunciar al Parlament ante la inspección laboral.