En la encantadora isla de Formentera se encuentra la fascinante historia de Pescados Marí Rivares. Este negocio familiar, que comenzó su andadura en 1900, ha crecido al compás del viento y las olas, siendo testigo de una rica herencia de pescadores que han transmitido su pasión y maestría en la pesca artesanal a lo largo de las generaciones.

Desde sus inicios, Pescados Marí Rivares ha representado más que un simple medio de subsistencia; es un auténtico estilo de vida. La pesca artesanal en estas aguas mediterráneas no se enseña en libros, sino que se hereda como un valioso legado familiar. Las técnicas tradicionales y el profundo conocimiento del mar convierten cada jornada en el oceano en un acto de amor y devoción. Aquí, la pesca se eleva a la categoría de arte. La historia de esta emblemática empresa está tejida con momentos inolvidables: desde mares serenos hasta tormentas desafiantes, desde redes rebosantes hasta corazones agradecidos. Pescados Mari Rivares es mucho más que una simple pescadería; es un testimonio vivo de la cultura y el legado de las islas. En el centro de esta narrativa se encuentra La Maja, su icónico llaüt y su barco de pesca de arrastre el «Punta Gavina». Sus redes, extendidas como brazos abiertos, no solo recogen el pescado más fresco del Mediterráneo, sino que también atesoran las historias que el mar susurra a quienes lo conocen y respetan.

Hoy en día, al adquirir productos en Mari Rivares, no solo llevas a casa pescado fresco de calidad; te llevas contigo una parte de la historia viva de Formentera. Saboreas no solo los frutos del mar, sino también una herencia cultural que ha resistido el paso de más de un siglo, preservando la esencia de la pesca artesanal.