Joan Miquel Perpinyà, a la derecha de la imagen.

Tuve el honor de ser el segundo director de Periódico de Ibiza y Formentera, tras el enorme magisterio de Juan Mestre, a quien me une una bonita amistad y a quien considero uno de mis maestros en este oficio. Siempre hemos compartido, en buena medida, una misma visión periodística. Entendemos el periodismo de forma muy similar, por lo que nuestra sintonía profesional siempre ha sido –y sigue siendo– bastante grande. Entre el tres de enero de 2018 y el 14 de octubre de 2019, dirigí lo mejor que pude y supe este diario. Confieso que no fue fácil, pero, gracias a una extraordinaria redacción, comprometida y voraz, puedo decir que sacamos adelante la tarea. Aprendí muchísimo de todos ellos y disfruté como un enano. Fui muy feliz haciendo periodismo. Mi etapa más enriquecedora en lo profesional, con diferencia, aunque admito que dirigir un periódico es agotador, al menos para mí.

Dos años antes, Juan Mestre me propuso incorporarme como columnista, primero con una columna semanal y más adelante con una página dominical que bautizamos como ‘Borrones y tachaduras’. Con los años, en la segunda etapa de Mestre al frente de la cabecera, he llegado a escribir dos columnas semanales y los ‘Borrones’ cada domingo, lo cual no es poca cosa. Mi relación con Periódico de Ibiza y Formentera, se ha fortalecido y me considero muy unido al medio y al conjunto de medios que integran el Grupo Prensa Pitiusa.

No tengo más que palabras de agradecimiento para el editor, Toni Planells, y la directora general, Sonia Escribano, a quienes respeto y tengo en mucha estima. Creo que lo saben. Nos lo pasamos muy bien trabajando juntos, lo cual para mí era y es de suma importancia. También con el resto del equipo directivo y, por supuesto, con los periodistas y técnicos que integraban una redacción magnífica, liderada entonces por María José Real y que ahora es la directora del Periódico, con gran merecimiento.

Quienes viven el periodismo con pasión, suelen guardar en la memoria aquellas noticias que tuvieron el privilegio de contar antes que nadie y de primera mano. Publicar una noticia relevante en primicia, aún más si es fruto de la investigación periodística, supone una enorme satisfacción que no puede compararse a ningún otro logro.

Los lectores más fieles quizás recuerden algunas de las portadas más impactantes que les ofrecimos durante el año y nueve meses que dirigí la cabecera. Quizás el asunto de mayor impacto fue la deuda que el Soib reclamó al entonces teniente de alcalde socialista de Vila, Alfonso Molina, al detectar irregularidades en subvenciones otorgadas para cursos a parados, antes de estar en política. La publicación de aquella noticia, negada en un principio, obligó a la entonces mano derecha del alcalde Rafa Ruiz a dimitir.

También recuerdo la polémica por la pérdida de la acreditación del hospital de Cas Serres; los ‘Consells surt a la Plaça’ que idearon los consellers insulares de Podem-Guanyem, que fueron un fiasco. O el turbio asunto del chiringuito de Cala Gració, instalado con permiso de la Demarcación de Costas y los informes favorables del Ajuntament de Sant Antoni, gobernado por PSOE y Reinicia, hasta que cambiaron de idea y decidieron no permitir que abriera. El asunto acabará en juicio.

¿Recuerdan aquel estrambótico episodio de moscas en los quirófanos del hospital Can Misses? Es inolvidable.

Decía Paco Umbral que «el periodismo mantiene a los ciudadanos avisados, a las putas advertidas y al Gobierno inquieto». Y no seré yo quien contradiga a este gran maestro. Debemos reivindicar el periodismo serio, responsable y de proximidad. Es lo que intentamos hacer aquí desde hace 10 años. Y ojalá podamos seguir haciéndolo muchos más. Molts d’anys i bons!