«La magia de Dalt Vila reside en la armonía de la sencillez del conjunto»
Entre las actividades culturales para conmemorar el 25º aniversario destaca el libro especial ‘Eivissa quan la mar abraça la història’, editado por el Ayuntamiento de Eivissa y coordinado por Fanny Tur; y la exposición de fotografías que se inaugura hoy
La exposición de fotografías incluyen imágenes de Salvatore Aquilani.
Para conmemorar el 25º aniversario de la declaración de Ibiza como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el Ayuntamiento de Eivissa ha editado el libro ‘Eivissa quan la mar abraça la història’. «El libro es sobre todo visual, hay mucha fotografía, tiene unas doscientas diez páginas y hay fotografías de siete fotógrafos: Salvatore Aquilano, Santi Barberán, Cristina López, Vicent Marí, Juan Pacheco, Toni Pomar y Joan Costa. No es un libro que abarque toda la historia de Ibiza, sino que abarca unos momentos concretos que son los que han dejado más huella en el patrimonio, aunque todas las culturas lo han dejado». explica Fanny Tur, directora del Arxiu Històric d’Eivissa i Formentera.
El libro está dividido en distintas partes: hay una parte antigua, Ibiza Antiga, escrita por Benjamí Costa y Jordi Fernández; la Ibiza Medieval, escrita por Toni Ferrer Abárzuza; y la parte de las murallas renacentistas, escrita por Fernando Cobo, autor del plan director de murallas.
También hay una parte como un paseo literario por Dalt Vila, que la ha hecho Vicente Valero y «es preciosa». La historiadora destaca un capítulo dedicado a La Marina y Sa Penya, elaborado por la profesora y geógrafa Rosa Vallés, que aunque no son patrimonio de la humanidad, son zona periférica de protección. Lina Sansano se ha encargado de la parte más costumbrista, de cultura popular, y Fanny Tur lo ha coordinado.
Exposición fotográfica
Hoy a las 17:00h, en el antiguo Ayuntamiento, se inaugura la exposición fotográfica de los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad. «La mayoría de las fotografías las he sacado del libro, hay alguna que no, pero son de los mismos seis fotógrafos. Son fotografías de diferentes rincones y plazas de Dalt Vila. Hay imágenes de la muralla, de la Catedral, de alguna placita, alguna calle», señala Tur, que matiza que es muy difícil fotografiar una Dalt Vila que no haya sido fotografiada, pero que se ha intentado «que los enfoques, los rincones sean diferentes». Así, aparecen imágenes como la plaza del Regent Gotarredona o calles como Ignasi Riquer o detalles de las murallas.
La exposición estará hasta el 31 de enero y en el cartel aparece una fotografía en la que se ve muralla y mar, y que «hace honor al título que es ‘Eivissa quan la mar abraça l’història’», de Salvatore Aquilano. Tur también destaca la foto de la portada, el patio de armas, de Juan Pacheco.
«La verdad es que ha costado elegir solo 30, porque hay fotografías preciosas. Hay una de Santi Barberà que se ve Dalt Vila desde La Marina y la silueta de Dalt Vila está reflejada en un charco y es preciosa. He dicho tres y podría decir muchas más. Son muy bonitas, han sabido sacar la magia de Dalt Vila a cualquier fotografía».
Las murallas que sobrevivieron
Como curiosidad, Tur añade que cada vez que ve las murallas, no puede evitar acordarse que las tenemos íntegras y no se derrumbaron en su momento, porque no había presupuesto. «A finales del S.XIX y principios del XX se instaba desde todas las ciudades a que el Ministerio de la Guerra tumbara las murallas por un criterio de salubridad e higiene, porque se consideraba que las murallas impedían la libre circulación del aire, y no era higiénico». La historiadora apunta cómo las murallas impedían la expansión de las ciudades y cómo por criterios sanitarios y urbanísticos, las murallas de Palma se tumbaron siendo ministro el general Weyler, ministro de la Guerra, y se hizo una fiesta para inaugurar el derribo de las murallas. «Desde Ibiza determinados sectores reclamaban que también se tumbaran, sobre todo la del Baluard de Santa Llúcia, porque decían que aquello era la barrera que separaba Dalt Vila de Sa Penya y que impedía que las calles tuvieran circulación de aire. Cada vez que veo las murallas, no puedo evitar pensar que las tenemos por estar medio olvidados, como hemos estado siempre, pero bienvenido en este caso. A veces tener presupuesto no es bueno».
Un legado incomparable
La directora del Arxiu Històric d’Eivissa i Formentera también cree que en Ibiza deberíamos dar más visibilidad a la cultura ibicenca y que deberíamos tener «más orgullo y autoestima colectiva de nuestro legado», porque según lamenta Tur, a veces nos pensamos que no vale tanto como los otros sitios. «Nuestro legado no se puede comparar con nada, porque cuando la UNESCO cataloga o distingue a una ciudad con el título de Patrimonio de la Humanidad, lo hace por sus valores excepcionales, por lo tanto es ridículo que si te dan un título por tus valores excepcionales, te compares con otras ciudades» y es que Tur se sorprende cuando oye a gente que nos visita, «incluso gente de aquí», que nuestra catedral no es como la de Burgos. «Pues por supuesto, es que nuestra catedral se construyó siendo una parroquia y en el S.XVIII la hicieron catedral, pero el edificio es una iglesia parroquial» y resalta que Dalt Vila no es Patrimonio de la Humanidad por una catedral excepcional, «porque evidentemente no podemos luchar contra la catedral de Palma que tiene el rosetón gótico más grande del mundo. Dalt Vila es excepcional, aparte de por unas murallas íntegras, renacentistas que son únicas en todo el estado, también por la armonía de las construcciones y la armonía del conjunto, que han casado y han ensamblado tan bien restos púnicos con edificios de principio del S.XX. Esta es la magia de Dalt Vila, la armonía de la sencillez del conjunto».
Tur también enfatiza que «hace falta ser conscientes de que tenemos la necrópolis púnica más importante del Mediterráneo, porque somos la ciudad que la ha conservado en mayor medida. Muchas otras ciudades tenían necrópolis púnicas más grandes y se perdieron, las han arrasado, así que no todo se ha hecho mal en Ibiza a lo largo de la historia», y sostiene que en estos 25 años se han puesto en valor muchas cosas. «A veces tendemos a decir que no se ha hecho nada y no es verdad. En 25 años se han hecho muchas cosas, se han recuperado muchos espacios y Dalt Vila ahora tiene una ruta de espacios culturales y museísticos absolutamente excepcional».
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