El alcalde de Eivissa, Rafael Triguero (Ibiza, 1981), invita a todos los ciudadanos de Ibiza a sumarse a los actos especiales programados, y anima a la población a que conozca y disfrute de «todo este legado», a difundirlo y protegerlo.

—¿Cómo recuerda usted aquel histórico 4 de diciembre de 1999 en el que Eivissa era declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco?
—Yo era muy joven, pero recuerdo que en casa lo seguimos con interés, y fue un tema que comentamos en varias ocasiones. Había un sentimiento de alegría, yo obviamente entonces no conocía toda la dimensión del acontecimiento, pero todos entendíamos que era un momento histórico para la ciudad. Si recuerdo la portada de la prensa al día siguiente, y la alegría que se respiraba ese día a nivel general, la ciudad cobraba protagonismo a nivel mundial y sentí mucho orgullo.

—¿Qué actos especiales se han planeado?
—Llevamos un año en el que hemos puesto el foco en nuestro patrimonio y aunque hoy llegamos al momento álgido con el día de nuestro aniversario, la verdad es que todo este último año ha estado repleto de actividades. Hemos multiplicado la actividad cultural y de difusión de nuestro patrimonio, hemos decretado la gratuidad de los museos de Dalt Vila para favorecer que la gente los disfrute y hemos tratado de que tanto residentes como visitantes conozcan y disfruten el patrimonio con visitas guiadas y teatralizadas, una forma diferente y muy amena de recorrer nuestra ciudad amurallada y conocer parte de su historia. En concreto para hoy día 4 hemos preparado un programa especial de actos que incluyen un concierto de la banda sinfónica ciudad de Eivissa en la iglesia de Santo Domingo, hemos editado un libro conmemorativo especial con foco en nuestro patrimonio y también tendremos una exposición con parte de las fotografías de este libro. El día de hoy finalizará con un espectáculo de drones sobre el puerto de Eivissa, y el próximo 8 de diciembre tendremos un concierto Candlelight a la luz de las velas en la catedral de Eivissa, donde podremos disfrutar de la música de Vivaldi.

—¿Qué ha supuesto para la ciudad y para la isla esta designación?
—En primer lugar un orgullo, pero también una responsabilidad. Una responsabilidad como ciudadano y ahora en mi caso como alcalde de conservar y difundir este patrimonio. Supone también que sitúa a Eivissa en el mapa internacional por lo que es: una ciudad donde la cultura, la historia y las distintas civilizaciones que fueron pasando por ella han dejado un legado único. Eivissa no es sólo un destino que disfrutar en verano con el sol, la playa y el ocio. Es una ciudad con un patrimonio asombroso, único en el Mediterráneo, y es justo que cada vez más viajeros nos visiten por ello. Es además una ciudad donde todos debemos sentirnos orgullosos de vivir, y donde el residente debe conocer todo este legado para que también contribuya a protegerlo, divulgarlo y, como no, disfrutarlo. Es importante preservar el patrimonio para nuestras generaciones futuras, somos los primeros que debemos conocerlo, vivirlo, disfrutarlo y sentirnos orgullosos.

—De todos los bienes reconocidos por la Unesco, ¿cuál le causa especial emoción?
—Es difícil elegir porque es el conjunto lo que nos hace únicos y lo que en su día hizo ya única la candidatura, que le llamó ‘Ibiza: biodiversidad y cultura’. Obviamente las murallas de Dalt Vila son un icono para todos, nos hacen muy reconocibles en el mundo y además hoy sabemos que son las mejor conservadas del mediterráneo, por lo que tenemos que seguir trabajando porque sea así. Pero no puedo olvidarme de la Posidonia, que es el organismo vivo más longevo del planeta y es la responsable de la biodiversidad y calidad de nuestras aguas. Eivissa es una ciudad ligada al mar, y por ello estos dos bienes junto a la necrópolis de Puig des Molins, y como no al yacimiento de Sa Caleta, forman un conjunto maravilloso.

—¿Cuáles han sido los retos y medidas para preservar este patrimonio?
—En estos 25 años estoy convencido que las distintas administraciones que han tenido la responsabilidad de hacerlo han afrontado los retos propios de cada momento. Hoy en día yo lo planteo como un reto triple: por un lado el de preservar y seguir manteniendo y cuidando este patrimonio, que no es tarea fácil y afrontamos retos importantes no sólo en nuestras murallas, sino especialmente en el cuidado y preservación de las praderas de posidonia. En segundo lugar el reto de divulgarlo y dinamizarlo, para que sea un patrimonio vivo, disfrutable por todos desde el respeto, pero con el objetivo de que los ciudadanos de Eivissa lo sientan suyo. Y por último está el reto de seguir proyectándolo hacia el futuro. El patrimonio y en concreto Dalt Vila no deben ser elementos estáticos para ser contemplados. Deben ser vividos y disfrutados, y para ello es necesario que evolucionen. Tenemos proyectos importantes para mejorar las calles de Dalt Vila, para iluminarlo mejor, para crear nuevos paseos como el del Camí des Calvari, y también trabajamos con otras administraciones como Paradores y el Ministerio de Cultura para que tanto el Parador Nacional como el Museo Arqueológico se abran pronto y sean un atractivo más dentro de esta interesante oferta que tenemos en nuestra ciudad.

—Una ciudad patrimonio tiene también que evolucionar con el tiempo, ¿Cómo se adaptan estos espacios al turismo?
—Eivissa hoy por hoy no necesita más promoción turística en volumen, sino una promoción turística estratégica, que busque ese equilibrio entre visitantes y residentes, y en concreto en la ciudad que continúe poniendo en valor la cultura, el patrimonio y la gastronomía como esos tres ejes estratégicos que deben atraer a nuevos viajeros fuera de la temporada alta. Se trata de afinar bien esa promoción, de potenciar esos tres aspectos que nos hacen diferentes, y de que ello además contribuya a desestacionalizar y por tanto a mejorar la experiencia tanto de residentes como de nuestros visitantes. Además estamos empezando a implementar sistemas de inteligencia turística que nos permitan, entre otras cosas, medir los flujos de gente para detectar posibles aglomeraciones y para poder ordenar adecuadamente estos flujos, así como dimensionar los servicios municipales y de transporte para que la experiencia del visitante sea positiva en todos los sentidos. También estamos realizando una programación cultural que invita a conocer Eivissa todo el año y a recorrer distintos puntos y barrios de la ciudad, lo que conseguirá una mejor distribución de los visitantes.

—¿Cómo va la propuesta de candidatura transnacional de la Unesco que agrupa ciudades de fortificaciones del Mediterráneo que datan de los siglos XVI al XIX?
—Hace unos días pudimos visitar al Ministro de Cultura en Madrid para presentarle el borrador de esta candidatura que busca poner en valor las ciudades amuralladas del mediterráneo que daten de los siglos XVI al XIX. Formamos parte de esta iniciativa con la máxima ilusión y con grandes expectativas, ya que consideramos que se trata de una ocasión única para formar parte de un proyecto que engloba a otros territorios y que permitirá, bajo el aval de la Unesco, dar a conocer la riqueza y la diversidad de nuestro patrimonio una vez más. La propuesta se encuentra actualmente en su primera fase de elaboración y en esta etapa, los municipios están preparando sus proyectos para desarrollar una lista conjunta de elementos patrimoniales que se ajusten al marco de la convocatoria. En el caso de Eivissa, se incluirá el recinto amurallado de Dalt Vila.