Desde hace más de 20 años, una de las principales reclamaciones del empresariado de nuestras islas ha sido la aprobación de un régimen especial para Balears que recoja los sobre costes que conlleva realizar cualquier actividad productiva o de exportación en nuestro territorio.
Por todos es sabido que estar dispuesto a contribuir al desarrollo del tejido empresarial en Balears implica no solo tener espíritu emprendedor, sino, además, asumir que el simple hecho de la insularidad, limitados en territorio y en recursos, hace que no estemos ante las mismas condiciones respecto a cualquier otra región de la Península entrelazada y conectada a Europa por magníficas redes viarias y ferroviarias. A las empresas de Balears, transportar materias primas y productos elaborados supone unos costes más elevados que a las peninsulares por tamaño y recursos. Esta situación nos ha llevado a asumir que producir en Balears es más caro, mayor coste en la adquisición de materias primas y el mayor coste que supone situar nuestros productos en el mercado nacional o internacional, lo que resta competitividad a nuestras empresas y nos determina hacia modelos productivos sujetos al turismo y a un mercado laboral más estacional. Desigualdades patentes a lo largo de nuestra historia, que ha llevado a empresas, entidades e instituciones a no cesar en el empeño de revertir esta situación y reivindicar para Balears unos incentivos fiscales similares a los que se aplican en Canarias, ya que nuestra proximidad con el continente realmente es una desventaja en esta materia.
El pasado 1 de enero de 2023 el Govern Balear anunciaba, por fin, la aprobación de un régimen especial para Balears, un hecho histórico que recoge, como ya saben, dos incentivos fiscales: la Reserva por Inversiones en Balears (RIB) y la bonificación para empresas industriales, agrícolas, ganaderas y pesqueras. El primer caso contempla una exención en el Impuesto sobre Sociedades de hasta el 90% del resultado del ejercicio de una entidad obtenido en Balears y de hasta el 80% de la cuota íntegra en el caso del IRPF, siempre que dicho importe se reinvierta en la empresa. El segundo caso bonifica un 10% de los rendimientos derivados de la venta de bienes corporales producidos en Balears, siempre que se mantenga la plantilla media, o una bonificación de hasta el 25% en los casos en que dicha plantilla se incremente. Ambas medidas pueden tener un impacto importantísimo para Balears y convertirse en una gran oportunidad para que, a través de una reinversión bonificada fiscalmente pueda mejorarse la competitividad de nuestras empresas, así como, representar un factor clave para atraer inversores extranjeros a las islas.
El pasado mes de febrero, la Cámara de Comercio tuvo la oportunidad acoger una reunión con la presidenta de Govern y la consellera d’Hisenda junto con los empresarios para dar a conocer y comprender de una forma detallada y directa los beneficios del REIB. La reunión sirvió, además, para recoger opiniones, trasladar dudas y tratar aportaciones al respecto. Una de las principales preocupaciones que trasladamos en la reunión fue la ley de minimis, de la que Canarias está exenta al tener la consideración jurídica ultraperiférica, y que en el caso de Balears limita a 200.000 euros cada tres años la cuantía máxima de subvenciones que puede recibir una empresa para el transporte de mercancías.
Una vez finalizada la reunión y analizada en profundidad la repercusión de la ley de minimis, concluimos que, en el caso de Balears no tendrá una gran consecuencia limitativa para nuestras empresas, al contrario de lo que al principio había parecido. Si tenemos en cuenta que el grueso de nuestro tejido empresarial son pymes, autónomos y emprendedores, y que más del 90% de nuestras empresas se encuentran en ese segmento y teniendo en cuenta también los rendimientos medios que obtienen, nos encontramos que el porcentaje de empresas que pueden verse afectadas por esta ley no es muy alto dadas nuestras características. De igual forma, el Govern sabe que sí que existe ese porcentaje de empresas que se ven afectadas por esta limitación, por lo que tenemos la confianza de que seguirá trabajando para que en un futuro próximo sea el 100% de los empresarios los que puedan verse beneficiados por la aplicación de la nueva fiscalidad para Balears y se logre la excepción total de minimis en su aplicación a las empresas del archipiélago.
Generalmente siempre tendemos a considerar que nada es suficiente y, en mi opinión, hay otros objetivos en los que deberíamos poner el foco, como el sector primario y el sector productivo en general, pero creo que este REIB es un primer paso importantísimo para dar soluciones a los problemas de insularidad que nos afectan y que, en definitiva, puede ser muy beneficioso para modernizar, optimizar y rentabilizar las empresas de nuestras islas.l