'Nole' se quedó este domingo una tremenda final, llena de nervios, emociones y mucho tenis. En el quinto set y con Federer apretando con toda su categoría a remolque, el serbio logró defender el título en la hierba londinense y acercar su leyenda en los 'grandes' a la de Rafa Nadal (18) y el propio Federer (20).
El de Belgrado ganó al de Basilea por tercera vez en una final del All England Tennis Club. El suizo sufrió de nuevo la agonía de 2014 y 2015 ante un Djokovic que reclama ya parte del famoso jardín del ocho veces campeón. Del mismo modo, el serbio mira muy a los ojos a Nadal y Federer, después de ganar cuatro de los últimos cinco 'Grand Slams' celebrados.
'Nole' fue un muro cuando tuvo que serlo y un estilete en la hierba cuando el partido quemaba. El serbio se quedó tres 'tie-breaks', entre ellos el 12 iguales de un quinto set de casi dos horas, y salvó dos bolas de campeonato en el decimosexto juego. Federer lo dio todo, a sus casi 38 años, sin premio pero con el derecho a seguir en las quinielas ni se sabe cuánto.
El número uno del mundo y vigente campeón dio el primer paso en un primer set eléctrico. No se guardaron nada para empezar, pero Federer cometió los primeros errores cuando parecía encarrilar la muerte súbita. Djokovic sin embargo dio un paso en falso en el segundo set, un 1-6 contundente del suizo, mucho más regular en su juego.
El tercer set devolvió la igualdad, con un aumento del ritmo con la llegada de los juegos decisivo. A Federer se le escapó la bola de set al resto y de nuevo el 'tie-break' trajo la sangre fría de 'Nole'. Enfrente, el suizo no se rindió ni acusó el desgaste que se podía esperar por sus 37. Las oportunidad estaba sobre la Central y el suizo se dejó todo lo que tenía.
Así logró empatar la final, con un cuarto set demoledor, en el que llegó a ponerse 2-5. La Catedral ya vivía en un sobresalto continuo, un juego de ataque y rápido, pero también de largos intercambios. Llegó el drama del quinto set que tuvo a Djokovic por delante, con media final en el bolsillo cuando rompió para 4-2. Federer respondió y dio la vuelta al set con un 7-8 que le dio las dos bolas de torneo.
Un 40-15 que dejó escapar y que sin duda tardará en olvidar. El novedoso 'tie break' en el 12-12 de este año era el inevitable desenlace. Djokovic volvió a ser intratable para quedarse la final más larga de la historia de Wimbledon. Estuvo perdido el serbio tras ganar Roland Garros en 2016, pero justo hace un año, con su victoria en Londres, 'Nole' volvió para adueñarse del futuro.
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