El jugador balear, actual número uno del mundo, volvió a la antepenúltima ronda del torneo londinense, algo que no le sucedía desde hace demasiado, el año 2011, cuando alcanzó su quinta y última final en el All England Club, perdida ante el serbio Novak Djokovic, y después de sufrir varios reveses inesperados en sus anteriores campañas.
En ningún otro 'grande' su ausencia entre los ocho mejores había sido tan larga y un año después de sufrir un duro revés en este peculiar y maratoniano 'Manic Monday' ante el luxemburgués Gilles Muller, el manacorí demostró que sigue al alza cada día que pasa y tampoco cedió ningún set ante un más voluntarioso Vesely, octavofinalista en Wimbledon en 2016 y cuyo peligro residía en haber dejado por el camino a cabezas de serie como el argentino Diego Schwartzmann y Fabio Fognini, más 'terrícolas' quizá.
Pero Nadal continuó sin dejar demasiados resquicios y en menos de dos horas solventó este duelo para pensar en el siguiente que saldrá del ganador del cruce entre el argentino Juan Martín del Potro, quinto cabeza de serie, y el francés Gilles Simon, aplazado por la falta de luz cuando el de Niza había logrado ganar el tercer parcial por 7-5 tras perder los dos primeros en sendos 'tie-breaks'.
Un total de 37 ganadores y tan sólo 12 errores no forzados adornaron el buen partido del segundo favorito y doble campeón sobre la hierba inglesa, a lo que añadió acierto en la red y una contundencia poco habitual con su servicio gracias a sus nueve 'aces' y sólo una bola de rotura en contra, precisamente la que le provocó su único momento de apuro real en el encuentro, ya cuando iba dos sets a cero arriba.
El primer juego en blanco al saque logrado por Vesely no tuvo continuidad en el partido. En el segundo, el tenista español se lo arrebató y aunque ya no tuvo más opciones al resto, un juego casi perfecto al servicio, con sólo dos puntos perdidos, le permitieron rentabilizar al máximo ese 'break' y cerrar sin problemas el primer set (6/3).
Un aluvión de golpes ganadores (16) se unió a la receta ofrecida en el parcial inaugural de la absoluta solvencia al saque y una rotura tempranera para dejar a Vesely contra las cuerdas tras otro 6-3. El checo no encontraba la fórmula para tener alguna opción al resto y se veía en la situación de tener que levantar dos sets en contra para dar la gran sorpresa.
Esta posibilidad creció un poco para el centroeuropeo cuando aprovechó el primer y único despiste del balear, en su versión más errática de todo el encuentro, con el saque. Vesely rompió en el quinto juego de la tercera manga, pero su alegría apenas le duró y Nadal recuperó al instante la desventaja para aplacar cualquier intento de remontada. El checo aguantó hasta el 5-4, pero aunque tuvo varias opciones de seguir con vida, no atinó y el manacorí sentenció al resto en su tercera pelota de partido.
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