Después de golear a Costa Rica (5-0) el sábado pasado, la 'Roja' no estuvo a la altura de las expectativas este martes. Sobre todo porque dejó escapar un 0-2 y porque -tantas pruebas- desvirtuaron la imagen sólida, fiable y preciosista de un equipo que sumó minutos a las piernas sin sacar muchas conclusiones en claro.
Y eso que el comienzo de España fue sensacional. Un centro medido de Marco Asensio, de lo mejor en el estadio Krestovskyi, sirvió en bandeja a Jordi Alba, que batió a Lunev con la cabeza. El lateral del Barça demostró que atraviesa un gran momento de forma y remató en una posición no habitual para el internacional español.
El 0-1 hizo brotar los mejores minutos de la triple campeona de Europa, con pocos violines, pero con gran efectividad en el centro del campo. La novedad de Suso en la medular no salió todo lo mejor posible, pero orientó a Lopetegui ante la ausencia de David Silva, que sí apareció en la segunda mitad para contener el choque.
Rusia contestó como pudo, sin grandes alardes, pero fue España quien golpeó de nuevo con un penalti algo dudoso tras un control con la mano Daler Kuzyaev. El capitán Sergio Ramos cogió el balón y no falló con un lanzamiento muy potente. El tanto convirtió el choque en un dominio total de los españoles, que -en absoluto- hubieran creído el desenlace del encuentro amistoso.
Extrañó porque España, que llevaba cinco partidos sin encajar un gol, acabó recibiendo tres. Cifra que sonroja el sistema defensivo de los de Lopetegui, sobre todo porque el arsenal de los anfitriones mundialistas no es que sea para tirar cohetes. Así que Smolov, con un gran gol, y después Miranchuk en un rechace colocaron el 2-2 en el luminoso.
En ambos goles, los rusos pillaron en un renuncio a la pareja formada por Piqué y Ramos, que no tuvieron su mejor día. Por contra, los de Stanislav Cherchesov fueron a más después de haber cuestionado el juego de su oponente. De hecho, todavía quedaban dos goles por llegar. El de España, nuevamente de penalti, y con la firma de Sergio Ramos. DOBLETE DE SERGIO RAMOS.
El andaluz, empeñado en dedicar el gol a uno de sus hijos que cumplía años, no falló pese a su peor ejecución y puso en ventaja a España. Haciendo justicia a lo visto, Rusia igualó a 20 minutos del final con un zarpazo imparable para De Gea que tuvo que ver cómo el cuero besaba las mallas sin poder hacer nada.
Al final del partido, y después de que Rodrigo errase un mano a mano, llegó el susto de la noche cuando el delantero del Valencia chocó con el portero ruso y este tuvo que abandonar el partido. Lunev, fuertemente conmocionado y con algo de sangre, dejó su sitio a un jugador de campo: Glushakov, que terminó bajo palos al haber realizado Rusia todos sus cambios. El próximo partido de la selección española será en marzo de 2018, a escados dos meses del debut en el Mundial de Rusia. FICHA TÉCNICA.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.