El alpinista catalán Kilian Jornet ha hecho historia al subir y bajar del techo del mundo, el Everest, sin oxígeno, sherpas ni cuerdas fijas, en un recorrido de una tirada, sin apenas paradas, que ha durado 38 horas.

El corredor ha llegado a la cima en la pasada medianoche, según ha confirmado el equipo que le ha asistido.

Partió del último punto habitado, el monasterio de Rombuk, situado en los 5.100 metros de altitud y a treinta kilómetros de la cima. En los dos trayectos, el catalán ha recorrido unos cincuenta kilómetros con un desnivel de 3.848 metros, y en estos momentos se encuentra bien y firmando autógrafos.

Según han informado desde el blog que ha retrasmitido su gesta, Jornet regresaba al punto inicial, pero ha tenido que recalar en el campo base avanzado por problemas estomacales.

El equipo participante en la iniciativa bautizada como Summits of My Life han recogido las primeras palabras del alpinista, resumiendo que «hasta los 7.700 metros me he encontrado muy bien y avanzaba según el plan previsto, pero a partir de ese punto me he empezado a encontrar mal, supongo que por un virus estomacal. Desde allí he avanzado muy lentamente y tenía que ir recuperando a menudo. Finalmente, he hecho cima en la medianoche».

Summits of My Life ha sido un reto personal y deportivo que ha llevado al alpinista a ascender los principales picos de la Tierra, entre ellos el Mont Blanc, el Aconcagua, y ahora el monte del Himalaya.