El delantero portugués Cristiano Ronaldo posa para los medios tras recibir este sábado su cuarto Balón de Oro y dedicar el galardón a la afición del Real Madrid. | Efe

Real Madrid 5 – 0 Granada
Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Nacho, Marcelo (Coentrao, m.68); Casemiro, Kroos (James, m.46), Modric; Isco (Asensio, m.50), Cristiano Ronaldo y Benzema.
Granada: Ochoa; Tito, Lombán, Vezo, Gabriel Silva; Sergio Samper, Uche (Javi Márquez, m.60) Andreas Pereira; Boga (Bueno, m.65), Tabanou (Ponce, m.77) y Kravets.
Goles: 1-0, m.12: Isco. 2-0, m.20: Benzema. 3-0, m.27: Cristiano. 4-0, m.32: Isco. 5-0, m.58: Casemiro.
Árbitro: Vicandi Garrido (colegio vasco). Amonestó a Casemiro por el Real Madrid; Samper, Uche, Gabriel Silva y Tabanou por el Granada.

El Real Madrid disfrutó del partido más cómodo de la temporada en el Santiago Bernabéu, vapuleó a un Granada derrotado desde el inicio (5-0) y sin argumentos para plantar cara al líder, que prolonga su estado de gracia e iguala el récord del Barcelona de Luis Enrique: 39 partidos consecutivos sin perder.

Paseo del Real Madrid en su regreso a la competición doméstica frente a un rival que fue un juguete en sus manos, sentenciado en veinte minutos, víctima de sus ausencias importantes y la falta de intensidad. La presión inicial y la ambición de jugadores en racha que quieren más, marcó la plácida mañana en el Bernabéu.

La afición venía de saborear un gran partido copero ante el Sevilla y disfrutó de un festín de goles. Regresaba al once Isco Alarcón que disfrutó como un niño con sus regalos de Reyes. El Real Madrid tocó más que nunca y se divirtió jugando.

El andaluz se asociaba con todos y rompió el partido en una acción de presión. Samper cometió un grave error en la salida de balón, acabó perdiendo la pelota en zona prohibida y Benzema asistió para que Isco, en carrera, superase con facilidad por bajo a Ochoa.

El portero mexicano veía lo que le llegaba. El Real Madrid se desataba con Marcelo y Carvajal instalados como extremos. Cualquier deseo de inquietar a Keylor Navas era una utopía para un Granada que siempre llegó tarde. Un disparo a las nubes de Pereira fue el amago de reacción antes de que el duelo quedase sentenciado. Modric chutaba desde la frontal y el balón muerto dejado por Ochoa lo convertía en el segundo Benzema en posición antirreglamentaria.

Marcelo, que cumplía diez años del día de su debut en el Real Madrid, dio un recital. Se inventó el tercero enlazando detalles de alto nivel técnico antes de poner un balón medido en la cabeza de Cristiano. El devorador de récords ya tenía su primer tanto del 2017 ante la pasividad defensiva del Granada.

La sucesión de tantos no empujaba a los madridistas a rebajar una marcha. Las rotaciones de Zidane invitan a cada jugador a dar todo en cada oportunidad que recibe. Lo hizo Isco para responder el inicio de año de James Rodríguez.

Tras varias paradas de mérito de Ochoa, volvía a ser superado en una asistencia perfecta de Modric a Isco. El Real Madrid finalizaba con facilidad todas sus acciones ofensivas y hasta acarició el triplete con un disparo desde la frontal que sacó como pudo el portero del Granada. Kroos y Modric pudieron firmar la manita antes del descanso.

Llegaría en el segundo acto, con Zidane concediendo descansos. Sentó a Kroos para que James jugase toda la segunda mitad. Isco sufrió un golpe que le impidió seguir y saltó Marco Asensio. Y hasta Coentrao tuvo minutos para reservar a Marcelo. El partido no cambió nunca su panorama.

El Real Madrid siguió buscando más y Ochoa haciendo lo que podía. Sacó una mano buena a Benzema y el quinto llegó a balón parado, con un pase con rosca de alta escuela de James, que Casemiro remachó a placer, libre de marca, en el segundo palo. Todos los jugadores de campo de la plantilla de Zidane ya han marcado, salvo Coentrao.

Ha comenzado enchufado James el año, con ganas de cambiar su situación. Tras su doblete en Copa acarició un nuevo gol con una falta que rozó la escuadra. Cristiano buscó su doblete, pero la enorme diferencia invitó a pactar una tregua. El líder había mantenido su firmeza y ambición, con nuevo récord en el bolsillo. No era el día para solucionar los problemas de un Granada que mucho tendrá que cambiar para lograr su objetivo de la permanencia.