Un triunfo inapelable y para el libro de oro del ciclismo mundial, pues Valverde, a punto de cumplir 35 años, ha superado en el palmarés de la prueba a los belgas Eddy Merckx y Marcel Kint y a los italianos Davide Rebellin y Moreno Argentin.
«El Bala» hizo valer su apodo y su experiencia a la hora de la verdad, en el momento clave, cuando aguantó los ataques de su compatriota Joaquim «Purito» Rodríguez y del irlandés Daniel Martin (Etixx) y luego asestó la estocada con una arrancada marca de la casa que le condujo a la gloria. En Huy, ya el Muro de Valverde.
Una victoria fácil, la sexta de la temporada, que evidenció que le puede conducir a la misma escena en Lieja el próximo domingo y que le llena de moral con el Giro a la Vuelta de la esquina.
Valverde cruzó la raya con suficiencia, como lo hacen los superclase, después de cubrir los 196 kilómetros entre Marche-en-Famenne y el Muro de Huy en 4h.43.57. Le siguieron el francés Julian Alaphilippe y el irlandés Dan Martin, los hombres del Etixx que trataron de sorprender al español.
Otro español, Samuel Sánchez (BMC), también se metió en la pelea final, pero fue sexto, por detrás del reciente ganador de la Amstel, el italiano Gasparotto.
«Esta carrera me viene muy bien, sabía que podía ganar, controlé la carrera y llegué con muy buenas piernas. Marqué a Samuel, luego a Martin y luego pude rematar», fueron las primeras palabras de un eufórico Valverde.
La clásica belga estuvo animada desde la salida de la ciudad medieval de Marche-en-Famenne. Hubo intentos de escapada, pero no fue hasta el kilómetro 60 cuando el combativo británico Stephen Cummings (Dimension Data) tomó la iniciativa para despegarse del pelotón.
El reciente vencedor de una etapa en la Vuelta al País Vasco se llevó a su rueda a Bouwman (Jumbo), Dillier (BMC), Laengen (IAM), Reijnen (Trek), Bono (Lampre), Van Der Sande (Lotto), Helven (Topsport), Pedersen (Stolting) y Pacher (Delko).
El pelotón no reaccionó y dejó soñar a la avanzadilla, que aumentó la renta con la llegada de las primeras cotas del recorrido.
En la de Solieres (km 87) contaban con 3.25 minutos. Con casi 100 kilómetros hasta meta ningún equipo asumió la responsabilidad, si bien tampoco permitió que el tiempo se le fuera de las manos.
Movistar y Katusha mostraron sus intenciones tirando al frente del pelotón para no perder de vista una fuga que paulatinamente se fue cribando. A 57 de meta quedaban cuatro al frente y a 28, en el segundo paso por Huy, de nuevo Cummings asumió la gestión de la carrera. Soltó uno de sus clásicos ataques para quedarse en compañía de Dillier, a quien abandonó apenas un kilómetro después.
Cummings, de 35 años, trató de sorprender, pero los perseguidores iban lanzados en su búsqueda y lograron alcanzarlo en la Cota d'Ereffe, a 14 de meta.
Empezaba otra carrera, pero no acabaron los ataques. Jungels, Preidler y Jon Izaguirre rompieron el grupo antes de la penúltima cota, en Cherave. El español quemó la traca con un duro ataque a 8 de meta, pero enseguida se le unieron Jungel y Wellens, un vecino de la zona.
Llegó la hora de la verdad en los últimos 1,3 kilómetros de ascenso a Huy, con rampas rompedoras del 20 por ciento. El Movistar, con Visconti marcó los movimientos, y fue Purito el primero en tensar, pero la iniciativa del español la redujeron los hombres del Etixx.
Daniel Martin atacó a 400 metros de meta y Alaphilippe trató de tomarle el relevo, pero por allí andaba atento Alejandro Valverde, que no tuvo más que aplicar su estilo. Zarpazo final y hacia la gloria. Emoción en lo alto del Muro de Huy. La historia le abría una página de honor al ciclista español.
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