En el comienzo de su temporada europea sobre arcilla, el zurdo balear, semifinalista sobre esa superficie en Buenos Aires y Río de Janeiro, lució unas zapatillas negras con motivos dorados y la inscripción «4.13.16».
Es una referencia a este miércoles, por tratarse del último en el que el estadounidense Kobe Bryant se enfundará, como jugador profesional de baloncesto, la camiseta de Los Ángeles Lakers.
El Staples Center, con los Jazz de Utah como rival, despedirá esta noche a una «leyenda» de la NBA.
Esa fue la palabra que utilizó Rafa Nadal en sus redes sociales, donde publicó un mensaje de homenaje a la Mamba Negra poco antes de saltar a la pista central del complejo deportivo del Principado. Ahí ganó ocho títulos de manera consecutiva, entre 2005 y 2012. El serbio Novak Djokovic le negó una novena conquista en 2013.
En las dos últimas ediciones, el jugador de Manacor, de 29 años, no pisó la final, ronda por la que vuelve a suspirar ahora tras inaugurar con victoria su decimotercera participación en Montecarlo.
Para cerrar el primer parcial ante Bedene, Rafa Nadal empleó 35 minutos después de ceder su saque con 5-1. Eso retrasó algo más el cierre de la primera manga, que lo logró con saque directo.
Disminuido por los errores no forzados, el británico de origen esloveno desaprovechó la oportunidad de reengancharse al segundo set y cedió el cuarto juego (3-1) tras disponer de un punto de rotura.
Eso facilitó el triunfo del español, quien otra vez falló a la hora de cerrar el set con su saque.
Nadal se anotó el duelo, inédito en el circuito profesional, en 80 minutos ante el número 60 del ránking de la ATP y avanzó hasta los octavos de final del primer Masters 1000 sobre tierra batida del curso con el definitivo 6-3.
Su próximo oponente será el austríaco Dominic Thiem, duodécimo cabeza de serie y verdugo del japonés Taro Daniel, por 4-6, 6-2 y 6-0.
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