La fiscal general de EEUU, Loretta Lynch, anunció este jueves nuevas acusaciones de corrupción a 16 altos cargos y exdirectivos de la FIFA, máximo órgano de dirección del fútbol mundial, a los que responsabiliza de «abuso continuo» de su posición en el organismo para el enriquecimiento propio.
Entre los acusados figura el expresidente de Honduras Rafael Callejas, que gobernó el país centroamericano entre 1990 y 1994 y actualmente ejercía como miembro de la Comisión de Mercadotecnia y Televisión del organismo futbolístico, según el escrito de acusación del Gobierno estadounidense.
«No contentos con secuestrar el deporte más popular del mundo durante décadas con ganancias ilícitas, estos acusados trataron de institucionalizar su corrupción para asegurarse que podían vivir de ella, no por el bien del juego, sino para su propio engrandecimiento personal y el aumento de su riqueza», dijo Lynch.
«El mensaje de este anuncio debe quedar claro para todos los culpables que permanecen en las sombras, con la esperanza de evadir nuestra investigación. No vais a escapar», advirtió la fiscal general durante una rueda de prensa.
Los nuevos cargos golpean especialmente a directivos de Centroamérica y Sudamérica, entre los que figuran los presidentes de la Confederación Centroamericana de Fútbol (Concacaf), Alfredo Hawit, y de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Juan Ángel Napout, detenidos hoy en Zúrich (Suiza).
Entre los nuevos acusados figuran el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Marco Polo del Nero, quien renunció a su cargo como miembro del Comité Ejecutivo de la organización el pasado 26 de noviembre, y su antecesor al frente del ente rector del fútbol brasileño, Ricardo Teixeira.
La investigación también salpica al presidente de la Asociación de Futbolistas Ecuatorianos (AFE), Luis Chiriboga, así como a los argentinos Eduardo Deluca y José Luis Meiszner, ambos exsecretarios generales de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), regulador del fútbol sudamericano.
El panameño Ariel Alvarado, expresidente de la Federación Panameña de Fútbol (Fepafut), también se encuentra entre los acusados a los que EEUU quiere juzgar en su territorio, según anunció hoy Lynch.
Para justificar las peticiones de extradición de los mandatarios de la FIFA, Lynch argumentó que las negociaciones para intercambiar influencias y dinero ilícito tuvieron lugar en Estados Unidos y que, además, los acusados utilizaron los bancos de Wall Street para blanquear los sobornos.
Estas nuevas imputaciones casi doblan el tamaño de la macroinvestigación contra el máximo organismo del fútbol mundial, que recibió su primer golpe en mayo pasado, cuando EEUU formuló cargos de corrupción públicamente contra 14 personas, de los que siete fueron arrestados en Suiza.
De los siete detenidos en mayo, solo dos aceptaron voluntariamente su extradición: el estadounidense Jeffrey Webb y el brasileño José María Marín.
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